La psicopedagogía identifica cinco y entre los más comunes se encuentran el Trastorno por Déficit Atencional e Hiperactividad, más conocido como TDAH, y la Dificultad Específica del Aprendizaje (DEA). Estas patologías pueden ser detectadas tras la evaluación de un psicopedagogo.

Un trastorno del neurodesarrollo o trastorno del desarrollo neurológico es el conjunto de dificultades cognitivas que afectan la maduración neurológica normal de los niños y niñas a distintos niveles, generando, por ejemplo, alteraciones o retrasos en el aprendizaje y en el crecimiento de habilidades del tipo motor, comunicacionales y sociales.

En relación con las causas, los especialistas indican que “estos trastornos se deben principalmente a un desarrollo no neurotípico del cerebro del niño (es decir, por debajo de la media) o a la presencia de lesiones o alteraciones en su maduración, y se originan a partir de la primera infancia o durante su proceso de desarrollo vital”.

Además, estos trastornos producen dificultades de intensidad variable en los procesos de adaptación y participación social y/o en la realización de actividades básicas para la supervivencia. La especialista agrega que “la actividad del menor se ve limitada o alterada respecto a lo que vemos habitualmente en niños con la misma edad y condiciones”.

¿Cuántos tipos de trastorno del neurodesarrollo existen?

La psicopedagogía identifica 5 diferentes tipos de trastorno, los que pueden ser detectados a muy temprana edad en los niños (preescolares) y tener un carácter permanente o transitorio.

Trastornos de la comunicación

Se define como la dificultad de un individuo para comunicarse adecuadamente a pesar de tener las capacidades para hacerlo de acuerdo con lo esperado a su edad. Dentro de este tipo encontramos subcategorías, como el trastorno de la expresión, de la comprensión, fonológico o la incapacidad de producir correctamente los sonidos de las palabras; además del trastorno pragmático de la comunicación, más conocido como tartamudez, y el trastorno de la fluidez del habla de inicio en la infancia. Este puede ser identificado fácilmente por los padres en los primeros años de vida de sus hijos.

Discapacidad intelectual

Se caracteriza por limitaciones significativas en el funcionamiento intelectual y en la conducta adaptativa expresada en habilidades sociales, conductuales y prácticas. La conducta adaptativa es la capacidad con que el niño o joven realiza las actividades de independencia personal y responsabilidad esperadas para su edad. Para los expertos, “esta discapacidad implica un retraso global del desarrollo y se diagnostica principalmente en niños menores de 5 años debido a que no cumplen con los hitos de su desarrollo, como la motricidad fina o el inicio del lenguaje. A modo general, requiere apoyo permanente dependiendo de su grado, el que puede ir desde leve a profundo”.

Trastorno de espectro autista (TEA)

Según explican los especialaistas, “esta condición se compone por un conjunto de diferentes trastornos del desarrollo, que suelen ser crónicos y que van desde un grado leve a grave. El autismo, el síndrome de Asperger y el trastorno generalizado del desarrollo no especificado, son parte del TEA”. Se caracterizan por dificultades en la comunicación e interacción interpersonal, patrones de comportamiento e intereses repetitivos, además de problemas para captar y expresar sentimientos, entre otros aspectos. El tipo de trastorno más conocido dentro del espectro autista es el Asperger.

Dificultad específica del aprendizaje (DEA)

En este caso, el niño, niña o joven manifiesta dificultades en la adquisición de habilidades académicas, como la escritura, lectura o matemáticas. “Estas dificultades están por encima de lo esperable para alguien de la edad y la capacidad intelectual del niño o joven, lo que lo lleva a tener problemas principalmente en su etapa escolar”, indica la especialista de Clínica Vespucio.

Trastorno de déficit atencional hiperactividad (TDAH)

Este es uno de los trastornos más conocidos y comunes en nuestro país, y en el que se observa la presencia de síntomas típicos de inatención, como la dificultad para mantener la atención, tendencia a cometer errores por esta falta de concentración, problemas para terminar tareas asignadas, así como también pérdida y olvido de objetos.

Este trastorno puede ir acompañado, además, de hiperactividad, que, para la psicopedagoga de Clínica Vespucio, “se trata del cuadro más consultado en la actualidad y que conlleva una inquietud motora constante en los niños, como hablar en forma excesiva, dificultad para mantenerse sentado y esperar su turno para hablar, por ejemplo. Este cuadro, generalmente, es advertido por los profesores cuando el niño ya ingresó a la etapa escolar”.

clinicavespucio.cl

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