Los trastornos de la conducta alimentaria son diversos y se pueden manifestar en personas con características diferentes. Lo que tienen en común es que no son afecciones estrictamente relacionadas con la alimentación, sino que tienen causas y consecuencias que van más allá del peso, la comida, la nutrición y la estética.

La anorexia nerviosa es un trastorno de la conducta alimentaria. En este trastorno, el paciente presenta un índice de masa corporal (IMC) significativamente inferior al esperable en una persona de su misma altura y edad, normalmente menos del 85% del peso esperado. Este tamaño corporal tan bajo aparece como consecuencia del miedo incontrolable a ganar peso, el cual va acompañado de conductas de rechazo a la comida.

La anorexia es una afección que en pocas ocasiones aparece por sí sola. Esto significa que hay muchos otros trastornos que pueden manifestarse como consecuencia de la anorexia, como causa de ella o simplemente como patologías que se dan al mismo tiempo en una misma persona, y que además se retroalimentan entre sí.

Trastorno bipolar

El motivo por el que la investigación psiquiátrica está centrándose cada vez más en esta línea de estudio es que los trastornos de la conducta alimentaria son más frecuentes en la población bipolar, lo cual requiere diseñar un tratamiento específico para los pacientes que tienen ambos diagnósticos.

La labilidad emocional de los pacientes anoréxicos puede ser confundida con síntomas de trastorno bipolar. Cabe destacar que el principal problema en pacientes que cumplen criterios para ser diagnosticados con ambos trastornos es la preocupación de la paciente por uno de los efectos secundarios de la medicación para el trastorno bipolar, usualmente litio y antipsicóticos atípicos, que pueden hacer subir de peso.

Esta comorbilidad es especialmente llamativa en caso de pacientes que se encuentren en estado de desnutrición y el episodio depresivo del trastorno bipolar. Los síntomas propios de una depresión pueden confundirse con las faltas de energía y ausencia de libido propios de las pacientes anoréxicas recién iniciadas en el tratamiento.

Depresión

Es muy frecuente que las personas que padecen anorexia nerviosa entren en períodos depresivos como consecuencia de su patología de base.

Uno de los principales problemas a la hora de tratar la depresión en pacientes con trastornos de la conducta alimentaria, y en especial con casos de anorexia nerviosa, es el llegar a un diagnóstico preciso.

Dado que las pacientes con anorexia suelen presentar desnutrición y falta de energías, puede suceder que la depresión quede solapada detrás de la debilidad que produce la falta de alimentación.

Es por ello que se debe seguir de forma rigurosa cómo va evolucionando la paciente un vez se encuentre bajo tratamiento para incrementar peso y tener unos niveles de nutrientes en sangre normales.

Es importante tener en cuenta que la desnutrición y la depresión comparten síntomas característicos, como la pérdida de libido y alteraciones del sueño. Es por eso que, a medida que la desnutrición cesa y la persona se recupera de su anorexia, se debe poner mucha atención en la persistencia o ausencia de esa sintomatología.

Identificada la afección, el especialista deberá indicar el tratamiento más adecuado, que suele ser una combinación de elementos farmacológicos y psicológicos. Esta asociación suele ser positiva en la mayoría de los casos, dado que se trata de pacientes que tienen problemas de causa diversa.

Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)

Muchas personas que padecen anorexia desarrollan este tipo de trastorno, o incluso lo tienen de manera previa a la aparición de su problema de alimentación. Es importante tener en cuenta que hay dos factores que se deben considerar al momento de pensar en el TOC combinado con la anorexia nerviosa.

En primer lugar, los rituales relacionados con la comida, los cuales pueden entorpecer el diagnóstico y pueden verse como más relacionadas con la anorexia que con el TOC en sí. Además, la persona puede llevar a cabo ejercicio excesivo o conductas obsesivas, como pesarse reiteradamente y siempre en los mismos momentos.

El segundo factor es el tipo de personalidad común en pacientes de ambos trastornos. Ambas condiciones comparten la obsesión por los rasgos perfeccionistas, aspectos de la personalidad que persisten incluso una vez se ha alcanzado el peso estándar recomendado para esa persona.

En general, el tratamiento que se elige para controlar esta afección es farmacológico, aunque la droga exacta debe ser determinada por un especialista. Sin embargo, cada médico indicará cuál es la terapia necesaria en cada paciente en particular.

Trastorno de pánico

Los síntomas del trastorno de pánico son problemáticos tanto en un paciente con anorexia como en cualquier otro. Sin embargo, en combinación con los síntomas de esta patología, el trastorno de pánico puede ser todavía más difícil de tratar.

Como ante cualquier otra enfermedades, es importante consultar con un especialista dentro del corto plazo y no dejar que los trastornos avancen sobre la salud de la persona. En la mayoría de los casos, además del tratamiento farmacológico eventualmente necesario, suele ser de gran utilidad el apoyo psicológico constante para poder superar esas afecciones y sus causas.

Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT)

El TEPT se ha visto como un trastorno de ansiedad altamente relacionado con la conducta alimentaria alterada. Según diversos estudios, cuanto más grave es la anorexia o el trastorno de la conducta alimentaria, más probabilidad hay de que esta afección aparezca.

La vía farmacológica es compleja para este tipo de comorbilidad y no suele ser la más utilizada. Es común que el paciente presente cambios de humor severos, intensidad elevada y conductas fóbicas, pero el uso de antidepresivos no ha tenido aceptación entre los profesionales por el riesgo de sobredosis por parte del paciente.

Abuso de sustancias

El abuso de sustancias es un área de difícil estudio en cuanto a su comorbilidad con otros trastornos, dado que se pueden entremezclar los síntomas. Se calcula que cerca del 17% de las personas anoréxicas manifiestan abuso o dependencia del alcohol a lo largo de su vida. Cabe indicar que, si bien se tienen bastantes datos con respecto al alcoholismo y los TCA, no se tiene tan claras cuáles son las tasas de abuso de otras sustancias, tanto de venta legal como ilegal.

Los caso de anorexia combinado con abuso de sustancias son especialmente delicados. En general, la primera medida que se aconseja tomar es la internación del paciente, precisamente por la gravedad que revista la combinación de estos dos trastornos. A partir de ahí, los especialistas de la entidad se encargarán de determinar el tratamiento más adecuado, que ayude a la persona a salir de su afección lo antes y mejor posible.

iprofesional.com

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