La investigación del cáncer de mama ha recorrido un camino sorprendente: desde los primeros registros en papiros egipcios hasta la identificación de genes específicos que revolucionaron el diagnóstico y tratamiento. Aquí repasamos cuatro hitos históricos que marcaron el rumbo de este desafío médico.
Primeros registros y comprensión temprana
En el Papiro de Edwin Smith, antiguo documento egipcio, se describen más de 40 casos de cáncer de mama, con evidencia de intervenciones quirúrgicas usando cauterios.
En la Grecia antigua, Hipócrates describió tumores mamarios usando el término karkinos (como un “cangrejo”), introduciendo la creencia de que algunos desequilibrios corporales podían causarlos.
Revolución anatómica y primeras mastectomías
Durante el Renacimiento, los avances en anatomía allanaron el camino para extirpar tumores mamarios junto con músculos y ganglios, fundamentando procedimientos quirúrgicos más completos.
Médicos como Miguel Servet reinterpretaron estas técnicas, estableciendo el antecedente de las mastectomías modernas.
Teorías y comprensión de la progresión cancerosa
En el siglo XVIII, Henri Le Dran sugirió que el cáncer se localizaba inicialmente y luego se diseminaba por ganglios y sangre.
En el siglo XIX, Virchow propuso que las células cancerosas viajaban a los ganglios linfáticos antes de invadir otros órganos, anticipando el concepto de metástasis.
Genética y terapias modernas
En el siglo XXI, se identificaron los genes BRCA1 y BRCA2, responsables de aumentar significativamente el riesgo de desarrollar cáncer de mama.
Estos descubrimientos permitieron el desarrollo de terapias dirigidas, con tratamientos menos invasivos y más personalizados gracias a la medicina de precisión.
Desde el papiro egipcio hasta los avances genéticos actuales, la investigación del cáncer de mama ha sido una historia de progreso constante. Cada hallazgo histórico fortaleció la medicina con más precisión, mejores tratamientos y mayor esperanza para millones de personas.