Esto es algo habitual encontrarlo en consulta, suelo escuchar frecuentemente la pregunta “¿Por qué me cuesta tanto conciliar el sueño?”. El insomnio es la expresión de la íntima relación entre cuerpo y mente. Esta interacción, actúa en las dos direcciones: el insomnio como origen de dificultades emocionales, y como consecuencia de esas mismas dificultades.

Vamos a centrarnos en este post en los aspectos psicológicos del insomnio para aprender a mejorar nuestra calidad de sueño.

¿Qué es el insomnio?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el insomnio como “el problema al iniciar y/o mantener el sueño o la queja relativa a un sueño no reparador que se produce durante, como mínimo, tres noches por semana y se asocia con angustia o incapacidad diurna”.

A esta definición el DSM-5 añade: “la alteración del sueño causa malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral, educativo, académico, del comportamiento u otras áreas del funcionamiento”.

El Trastorno por Insomnio interfiere en la calidad de vida de las personas. Es habitual que estas personas presenten síntomas como: fatiga, somnolencia diurna, cambios en el estilo de vida y en el comportamiento, cambios cognitivos (disminución de la atención, memoria, fallos en el aprendizaje, etc), estos síntomas interfieren de forma significativa en sus relaciones familiares, sociales y laborales.

El tener un sueño saludable y reparador, es importante para poder desarrollar nuestras tareas diarias y por tanto, el padecer insomnio va a afectar de manera grave a todas las áreas de nuestra vida. Por ello, es fundamental que el tiempo en el que permanecemos dormidos sea de calidad. Es decir, sea reparador y profundo, no tenga interrupciones y que no nos sintamos cansados cuando nos despertemos.

La mejor herramienta para medir nuestra salud del sueño es sentirnos descansados al despertarnos y con la energía suficiente para afrontar el resto del día. Pensemos que la sensación de estar cansados, tener sueño y al mismo tiempo sentir que no nos vamos a dormir, es profundamente desagradable y aumenta de forma considerable nuestro nerviosismo en el transcurso del día.

Causas

Las causas del insomnio son múltiples. En algunas ocasiones se trata de situaciones temporales que tendrán una solución relativamente sencilla. Sin embargo, en otras situaciones el origen será psicológico o médico y estos problemas suelen ser más complejos de abordar.

  • Causas temporales: son eventuales y puede deberse a situaciones concretas por las que pasamos en nuestra vida. Una ventaja es que podemos identificar el motivo por el cuál estamos durmiendo mal. Por ejemplo, es habitual que aparezca cuando nos cambian el horario en el trabajo, en verano que hace calor por las noches, una ruptura sentimental, el fallecimiento de alguien importante, un pico de estrés en el trabajo….
  • Malos hábitos de sueño: es frecuente que encontremos a personas con malas costumbres respecto a los hábitos de sueño que hacen que aumente la probabilidad de padecer insomnio. Por ejemplo, no tener unos horarios estables y no tener la obligación de levantarse suele llevar a las personas a acostarse cada vez más tarde y a levantarse por tanto también muy tarde. Otro hábito inadecuado es dormir siesta de forma desproporcionada, cenar comidas copiosas, abusar de café y/o alcohol, etc.
  • Causas médicas: hay algunas enfermedades que nos impiden dormir bien. Por ejemplo, sufrir apnea del sueño, problemas digestivos, diferentes dolores, etc. En este caso la coordinación con el especialista sanitario indicado es fundamental.
  • Causas psicológicas: el estrés es algo estrechamente relacionado con el insomnio. Padecer niveles altos de ansiedad, síntomas depresivos u otros problemas psicológicos correlacionan de forma directa con una peor calidad en el sueño.

Tipos de Insomnio

  • Insomnio de conciliación: también lo solemos llamar “insomnio de inicio”. Se trata de cuando al acostarnos no conseguimos dormirnos, aumentando mucho la latencia de sueño que es mayor a 30 minutos.
  • Insomnio de despertares múltiples: también solemos llamarlo “insomnio de mantenimiento”. En este caso la persona se duerme pero con un sueño muy liviano/ligero, despertándose en poco tiempo y le cuesta volver a conciliarlo. Este proceso se produce en repetidas ocasiones durante la noche. A la persona le cuesta enlazar unas pocas horas de sueño continuo.
  • Insomnio de despertar precoz: en este caso el problema fundamental es que la persona se despierta horas antes de lo deseado, incluso madrugando. La persona no consigue volverse a dormir hasta que llega la hora real de levantarse.

Consecuencias del insomnio

Quién no ha padecido las consecuencias de dormir mal una noche. Nos encontramos muy cansados durante el día, nos cuesta centrarnos y nos sentimos mal humorados y/o irascibles.

Estos efectos se acentúan según vamos acumulando noches y noches sin descansar correctamente y llega a afectar de forma considerable en todas las áreas de nuestra vida. Es habitual que afecta a la salud, a nuestro estado de ánimo, a nuestro desempeño personal, laboral (o académico), social y familiar.

Buscar ayuda profesional

El sueño es fundamental para nuestra salud tanto como una dieta saludable y la actividad física. Por ello, si el insomnio te dificulta el desempeño durante el día consulta con tu médico o psicólogo para identificar la causa de tus dificultades para dormir y cómo tratarlo.

Tratamiento del insomnio

Cambiar tus hábitos de sueño y tratar problemas como la ansiedad, el estrés u otros problemas psicológicos pueden ayudarte a restaurar tu sueño. En el video te cuento más acerca del tratamiento psicológico del insomnio.

psicologiamonzo.com

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