Un resumen de las características de los trastornos del pensamiento y sus síntomas asociados.
Dentro de las muchas enfermedades mentales que existen, las que afectan al pensamiento representan una parte importante de ellas.
Vamos a tratar de condensar algunos de los datos más importantes para conocer cuáles son los principales trastornos del pensamiento, cómo se pueden distinguir entre ellos y otra información relevante para saber más sobre dichas patologías.
¿Qué son los trastornos del pensamiento?
Para poder hablar de los trastornos del pensamiento primero debemos tener unas nociones muy básicas acerca de la psicopatología y su clasificación diagnóstica.
Todas las enfermedades mentales se engloban dentro de unos manuales que son, principalmente, el DSM-5 (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, de la Asociación de Psiquiatría Estadounidense) y el CIE-10 (Clasificación internacional de enfermedades, de la OMS). Dichos manuales clasifican todas las psicopatologías conocidas y se van actualizando cíclicamente para realizar las modificaciones pertinentes según las nuevas investigaciones que se hayan llevado a cabo en ese periodo. Por eso, en el año 2021, el DSM se encuentra en su versión número cinco, mientras que la CIE lo hace en su décima iteración.
Una vez tenemos claro dónde se encuentra la clasificación de las enfermedades mentales, podemos situar los trastornos del pensamiento como uno de los bloques de estos manuales de diagnóstico. Otras de las tipologías más importantes que podemos encontrar son los trastornos somatomorfos, los internalizantes, los externalizantes o los de desapego.
Tras esta introducción, ahora podemos centrarnos en los trastornos del pensamiento para conocer las características de este tipo de patologías, para más adelante pasar a conocer algunos de los ejemplos más claros de estas enfermedades mentales.
Clasificación y características
Los trastornos del pensamiento son alteraciones psicológicas cuyo principal síntoma es una alteración en las cogniciones del sujeto. Dichas alteraciones tienen como consecuencia una disfunción en la comunicación, tanto en el propio nivel de pensamiento como en el lenguaje. Dentro de este tipo de dolencias, debemos hacer una distinción, pues el pensamiento puede verse alterado tanto en su contenido como en su forma.
1. Trastornos del pensamiento formal
Cuando hablamos de los trastornos del pensamiento, en general, solemos referirnos a los que tienen alterada la forma de estos. Una de las patologías más frecuentes en las que podemos observar claros indicios de problemas en la forma del es la esquizofrenia. También se pueden referir a los TPF como pensamiento desorganizado o habla desorganizada, pues es uno de los síntomas clásicos de estas alteraciones.
Los trastornos del pensamiento formal son una muestra de psicosis y como tal ha de ser tenido muy en cuenta como un indicador de patología grave en el individuo. Para poder evaluar el alcance de esta enfermedad, Nancy Andreasen desarrolló dos escalas, la SAPS, para analizar los síntomas positivos, y la SANS, para valorar los negativos. Volveremos posteriormente a estas escalas para verlas en profundidad.
2. Trastornos del pensamiento de contenido
Ya adelantábamos que los trastornos del pensamiento también pueden referirse al contenido de los mismos. Esta también sería una característica de la esquizofrenia, pues tiene que ver con los delirios. También se observa en patologías como el Trastorno Obsesivo-Compulsivo. Pero no necesariamente el TPC ha de traducirse en delirios. También se puede observar como un nivel de preocupación u obsesión patológicos.
Otro síntoma de estos trastornos del pensamiento es el del pensamiento mágico, que consiste en establecer relaciones arbitrarias e ilógicas sobre los propios pensamientos de uno mismo y las repercusiones en el mundo. Sin llegar a ese extremo, también se pueden sobrevalorar las ideas, exagerando nuestro propios procesos mentales y haciendo por lo tanto que pierdan realismo.
Igualmente, pueden verse señales muy significativas para uno mismo en eventos totalmente aleatorios, lo que se conoce como ideas de referencia. Pueden surgir también fobias hacia determinados estímulos e incluso ideaciones autolesivas. Como podemos ver, la sintomatología de los trastornos del pensamiento de contenido es muy amplia.
Escala de síntomas negativos SANS
Regresando a la escala SANS que mencionábamos anteriormente como instrumento para evaluar los síntomas negativos de los trastornos del pensamiento formal, vamos a ver de qué tipo pueden ser.
1. Aplanamiento afectivo
Una de las primeras características que podemos observar en estos sujetos es el embotamiento afectivo, es decir, la carencia de demostración de emociones. Esto puede captarse mediante la falta de gesticulación facial o de expresiones, una realización muy escasa de movimientos espontáneos, la no resonancia afectiva con los contenidos que se están tratando o la demostración de un afecto no apropiado con los mismos.
En el propio contacto visual, o más bien en la carencia del mismo, también pueden verse indicios de este síntoma.
2. Alogia
Los trastornos del pensamiento formal también pueden traducirse en dificultades para emitir el habla, o alogia. El vocabulario puede ser más pobre de lo habitual y también los contenidos. Puede observarse que el sujeto tarda más de lo normal en responder a las preguntas y que se bloquea durante el habla.
3. Apatía
También se pueden ver síntomas de apatía en estas personas. El propio cuidado de la higiene puede verse afectado. Igualmente, puede darse una disminución anormal del rendimiento en sus cometidos y una clara demostración de falta de energía física en el sujeto.
4. Atención
El cuarto factor que puede verse afectado en los trastornos del pensamiento formal es la atención. El individuo tendrá problemas para concentrarse en la prueba que está realizando.
Escala de síntomas positivos SAPS
La otra escala desarrollada por Andreasen es la SAPS. Esta nos permite ver los síntomas positivos de los trastornos del pensamiento formal, es decir, aquellos que se observan por su presencia y no por su déficit, como ocurría con los negativos. Son los siguientes.
1. Descarrilamiento
El descarrilamiento consiste en la realización de una asociación aleatoria en el discurso, saltando de una temática a otra que puede tener o no una relación con la anterior. Este síntoma positivo puede observarse en el habla del sujeto pero a veces también puede plasmarlo al escribir.
2. Tangencialidad
El discurso de tipo tangencial es otro síntoma observable en los trastornos del pensamiento formal. En este caso, la persona afectada puede estar hablando sobre una cuestión en concreto y, en un momento dado, realizar un salto abrupto hacia otra cuestión totalmente ajena a la anterior y no dar más explicaciones al respecto.
3. Incoherencia
La llamada ensalada de palabras, o incoherencia, es otra sintomatología en la cual el sujeto emite un discurso totalmente accidentado en el que no existe ningún hilo conductor y por lo tanto resulta imposible comprender lo que están tratando de decir. Todas las palabras que utilizan existen, pero la sucesión de las mismas que realizan no da lugar a ningún mensaje coherente.
4. Pérdida de la lógica
También se pueden observar trastornos del pensamiento formal en los que un síntoma es la pérdida de la lógica. Ante una cuestión determinada, el individuo puede tratar de responder de una forma que, gramaticalmente es correcta, pero que en realidad no está contestando a la pregunta que se le ha hecho y por lo tanto no guarda una lógica.
5. Exceso de detalles
El exceso de detalles o habla circunstancial también podrían denotar la existencia de un trastorno del pensamiento. En este caso, observaríamos que la persona se centra en dar una cantidad evidentemente excesiva de detalles contextuales en lugar de limitarse a responder a la cuestión central sobre la que se le ha preguntado.
6. Presión del habla
La presión del habla o discurso presionado es otro indicador que se puede evaluar en la escala SAPS. En este caso, dicha característica se manifiesta por un discurso atropellado, sin pausa alguna, que parece demostrar una urgencia en la persona por explicar la idea que está exponiendo, aunque dicha urgencia no sea aparentemente observable para el interlocutor.
7. Distracciones al hablar
Los trastornos del pensamiento formal pueden también ser detectados mediante unas excesivas distracciones durante el discurso. Si una persona está hablando sobre una temática concreta pero cualquier estímulo ambiental le hace olvidar por completo lo que está diciendo para pasar a hablar de ese otro tema, podremos pensar que estamos ante este síntoma.
8. Asociaciones sonoras
La última característica de los trastornos del pensamiento formal que podemos analizar mediante el SAPS tiene que ver con las llamadas asociaciones sonoras, también llamadas clanging. Este fenómeno ocurre cuando el sujeto comienza a introducir palabras en su discurso por el mero hecho de su proximidad sonora con las que estaban utilizando, ya sea en forma de rima, o similar.
Esto hace que el discurso guarde una cierta armonía en cuanto a los sonidos, pero sin embargo sea incoherente a nivel de contenidos, haciéndolo, por lo tanto, ininteligible para el interlocutor.
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