Rinoplastia ultrasónica, la innovadora técnica que multiplicó los retoques de nariz

Sigue siendo una de las ‘reinas’ de la cirugía estética, una de las intervenciones estrella. Según datos de la SECPRE (Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética), sería la quinta intervención más demandada en España, aunque algunos expertos apuntan a que, entre los millenials, ocupa el tercer puesto. “Hay un repunte del retoque nasal quirúrgico”. Basándose en la influencia de la imagen en el momento actual, que ha cambiado el papel incluso de los dermatólogos. Los últimos avances técnicos, que han hecho la intervención menos dolorosa y más precisa, también tienen parte de la responsabilidad de esta creciente popularidad. Y entre ellos hay una clara ganadora que está consiguiendo desbancar a la rinoplastia tradicional. Hablamos de la técnica de ultrasonidos, y los expertos nos han explicado todas sus ventajas.

“La rinoplastia es hoy una solución mucho menos agresiva, gracias al motor de ultrasonidos, mucho más preciso y con un post operatorio menor”, afirman especialistas, adelantando ya algunas de sus pros en comparación con las intervenciones clásicas. Esta nueva técnica se basa en una tecnología, la Cirugía Ósea Ultrasónica, que empezaron a utilizar los especialistas en Cirugía Maxilofacial, y que posteriormente se ha ido extendiendo a otras especialidades médicas, ya que tiene unos importantes beneficios en toda la cirugía facial.

Sus ventajas respecto a la técnica tradicional

Los expertos que ya la realizan en sus clínicas valoran sus beneficios. Experto, habla de ella como una de las técnicas más avanzadas que se utilizan hoy en día en rinoplastia, gracias a sus cuatro ventajas en relación con la tradicional:

1. Se consigue mayor precisión. Remodelar de forma más precisa el hueso de la nariz (gracias al avanzado instrumental), permite poder corregir diferentes defectos sin la posible aparición de fracturas incluso en huesos frágiles inestables.

2. Menor traumatismo: se producen menos edemas y moretones y menor inflamación, efectos secundarios que aparecen en la rinoplastia convencional y que son uno de sus principales inconvenientes.

3. Resultados más estables y naturales. En opinión del experto, se consiguen rinoplastias con menos asimetrías e irregularidades, y se pueden corregir ciertos defectos como pueden ser las narices anchas a voluptuosas.

4. Recuperación mucho más rápida, uno de los aspectos que más valoran los pacientes. Al haber menos traumatismo, los pacientes se incorporan a su vida habitual en un plazo mucho más corto de tiempo.

Una intervención sin apenas marcas visibles

Pero, ¿en qué se diferencia principalmente de la tradicional? Los expertos coinciden en que es una técnica que utiliza los ultrasonidos para poder limar el hueso y también para romperlo de forma controlada, con el fin de estrechar y conseguir así el resultado deseado. La doctora Pilar de Frutos, especialista en cirugía plástica, explica que la ventaja fundamental de este procedimiento radica, por lo tanto, en la manera de trabajar dicha estructura ósea nasal, pues el dispositivo de ultrasonidos hace un limado mucho menos traumático y más preciso, llegando a ser incluso milimétrico. Además, en la gran mayoría de las rinoplastias convencionales es necesaria una pequeña fractura de los huesos nasales, pero con los ultrasonidos esta fractura es totalmente precisa. “Se respetan los tejidos circundantes y eso se traduce en menos moretones y menor inflamación, y por lo tanto en una recuperación más rápida”, explican. ¿Quedan cicatrices? Tal y como lo explican «el único corte visible que se realiza es milimétrico en la zona de la columela (la que se encuentra entre los dos orificios nasales) pero, pasados dos o tres meses, es prácticamente imperceptible. El resto de tejidos se respetan y la intervención no deja visible ninguna otra marca.

Menos tiempo de recuperación

La doctora de Frutos nos cuenta que la intervención dura unos 90 minutos y se realiza con anestesia general. En el postoperatorio, una de las etapas que más preocupa a muchos pacientes, se coloca una férula nasal que hay que llevar puesta durante el plazo de una semana aproximadamente. Puede que lo más incómodo sean los tapones que en ocasiones es preciso llevar durante dos días, pero la experta cuenta que apenas hay dolor y que, si bien es cierto que puede aparecer algún hematoma alrededor de los ojos, esto sucede en mucha menor medida que en una rinoplastia clásica y a la semana suelen estar resueltos, precisamente el momento en el que se retira la férula nasal. Llega entonces el momento de volver a la rutina: la doctora explica que a partir de los 7-9 días que se retira la férula nasal el paciente puede retomar una vida habitual sin grandes esfuerzos. Eso sí, para realizar deporte intenso o esfuerzos físicos hay que esperar cuatro semanas, y otra precaución: es mejor no ponerse gafas durante el primer mes.

Y la pregunta del millón: ¿Cuándo se ven los resultados reales? A partir de las 4-6 semanas y son definitivos al año. “En general, con la rinoplastia ultrasónica vamos a tener menos inflamación y menos hematomas, y por lo tanto una vuelta más rápida a la vida laboral. En ambos casos los tiempos de recuperación son similares, ya que la nariz tardará unos meses en alcanzar su forma definitiva final, pero el proceso de recuperación es muy dependiente del tipo de trabajo que se haya realizado e incluso del tipo de piel que tenga nuestro paciente, por ejemplo, pieles más gruesas tardarán más en desinflamarse completamente que pieles más finas”, apuntan los profesionales.

La última gran ventaja, según explican, es que se pueden beneficiar de ella también pacientes que ya se hayan sometido a una primera intervención, pero no hayan conseguido los resultados deseados. “Aunque esta intervención se realiza en Estados Unidos desde hace 10 años, en España somos todavía pocos los que la practicamos, pero los excelentes resultados que ofrece provocarán que esta técnica de rinoplastia por ultrasonidos acabe por imponerse”, aseguran los galenos.

hola.com

- Suscribase -