Las adicciones son todas aquellas conductas que generan dependencia hacia algunas sustancias, conductas o incluso hacia personas. Las adicciones suponen un enganche de tal forma que la vida de la persona adicta gira alrededor de conseguir aquello de lo que depende. Esto provoca que la persona pierda el control y que muchas áreas de su vida se vean afectadas.
Una persona adicta al alcohol, puede sufrir problemas en sus relaciones personales y también en el trabajo. Debido a su necesidad, puede llegar ebria al trabajo o a casa, provocando así conflictos y derivando en situaciones que pueden ir desde un despido hasta una ruptura de pareja.
Según la OMS la adicción “es una enfermedad física y psicoemocional que crea una dependencia o necesidad hacia una sustancia, actividad o relación. Se caracteriza por un conjunto de signos y síntomas, en los que se involucran factores biológicos, genéticos, psicológicos y sociales. Es una enfermedad progresiva y fatal, caracterizada por episodios continuos de descontrol, distorsiones del pensamiento y negación ante la enfermedad”.
¿Cuántas adicciones existen?
El número de adicciones puede suponer una larga lista. Las diferencias entre cada persona pueden derivar en diferentes tipos de adicciones, así pues, realizar una lista sobre un número concreto de adicciones sería, sin duda, una tarea un tanto dificultosa. Las adicciones, suponen dependencia, y por tanto, las personas pueden depender de sustancias para generar ciertos síntomas, sean estas dependencias a fármacos, drogas, alcohol, alimentos, etc…
También existe la dependencia hacia determinadas conductas, sean estas relacionadas con el sexo, el juego, el deporte e incluso el trabajo… Es decir, todas aquellas conductas que pueden generar adicción, son aquellas en torno a las que gira la vida de la persona adicta.
Y también, existen las adicciones a personas, aunque no se denominan como tal, sino más bien como dependencia. Sin embargo, esta dependencia puede cumplir los mismos requisitos que una adicción a sustancias, ya que la persona adicta, vive por y para mantener la relación con la persona de la que depende.
¿Por qué se llega a las adicciones?
Las adicciones son una forma de evitar la insatisfacción de la realidad que vive la persona adicta. Es una conducta de evasión, y la mayor parte de las personas que evitan su realidad, no son conscientes de su insatisfacción. Por ello, en lugar de buscar ayuda, se dedican a ir en busca de la satisfacción instantánea que le ofrece el estímulo al que es adicto.
Existe una mayor claridad de atracción hacia lo que depende, centrando toda su atención en conseguirlo. Sin embargo, es poco frecuente averiguar por qué ha llegado hasta esa adicción. Cuando el adicto descubre el foco del problema, sin duda, es un gran paso en su mejora, pero ello no es sinónimo de una recuperación total. Todavía queda un largo camino por delante.
Además, cuando una adicción comienza, suele ser en pequeñas dosis, de forma puntual y en contextos habituales. Así, como generan consecuencias de atracción, bienestar, buen ánimo e incluso el olvido de otros problemas, es muy fácil que se mantenga en el tiempo, incluso que vaya en aumento, hasta el punto de que la vida de la persona adicta gire en torno a su adicción.
¿Cómo superar una adicción?
Lo primero, en cualquier caso, es ser consciente del problema, ya que no en todos los casos, las personas son conscientes de la existencia de la adicción. La creencia de que pueden dejarlo cuando quieran ofrece una falsa sensación de control. De esta forma, cuando quieren alejarse de la adicción caen en la cuenta que el enganche es más fuerte de lo que pensaban.
Si la base de toda adicción es la insatisfacción, conviene trabajar a través de terapia en detectar los motivos de la insatisfacción y encontrar una forma de vida que satisfaga a la persona que quiere salir de la adicción. La terapia psicológica junto al tratamiento farmacológico – si fuera necesario – ofrece una ayuda indispensable a aquellos que pretendan dejar la adicción atrás. Por lo que pedir ayuda profesional será la mejor decisión.
¿Cómo vivir sin riesgo a la adicción?
Si existe una vida de satisfacción y equilibrio, los riesgos a cualquier adicción son menores. Pues cuando una adicción aparece lo hace para suplir una carencia, una insatisfacción o un problema que se está experimentando y del que se quiere escapar.
Por tanto, conviene ser consciente del nivel de satisfacción personal, para que éste nos permita afrontar y disfrutar de cada momento de la vida. ¿Qué podemos hacer? Buscar ayuda para así no tener que recurrir a drogas ni a personas para darle un sentido a nuestra existencia. Llevar una vida plena será fundamental para no tener que buscar un “extra” que eleve nuestro nivel de felicidad. Además, cabe destacar que la adicción no proporciona felicidad, sino que enmascara momentáneamente nuestra infelicidad. Así pues, el camino del autoconocimiento y el desarrollo personal serán nuestros mejores aliados.
El mayor riesgo para la adicción es el miedo para cambiar la propia vida debido a las consecuencias de tomar decisiones. Por ello, la única salida que vemos es la evasión de la realidad, porque no nos atrevemos a cambiar lo que nos genera insatisfacción. A pesar de que el miedo se trata de una emoción adaptativa, en ocasiones nos paraliza más allá de lo que debería. Así pues, será importante evaluar nuestra satisfacción personal y realizar los cambios necesarios para ser felices con nuestra vida.
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