El maltrato infantil, ya sea físico o psicológico, tiene un gran impacto emocional sobre el niño, y va a influir en su posterior desarrollo como adulto. Durante los cinco primeros años de vida del niño es cuando se forma lo que será su personalidad, y el maltrato influye en gran manera en dicho desarrollo. El miedo, el dolor, la falta de seguridad y la impotencia que siente el niño maltratado dejan en él una serie de secuelas psicológicas que arrastrará a la edad adulta a menos que sea tratado por un profesional. En este artículo de Psicología-Online vamos a descubrirte cuáles son las secuelas del maltrato infantil en adultos.

Consecuencias psicológicas del maltrato infantil

Existen muchas secuelas psicológicas del maltrato infantil en adultos. Se sienten en la forma en la que estas personas tienen de relacionarse con los demás y, sobre todo, en la propia percepción que tienen de ellos mismos. El maltrato puede llegar a herir emocionalmente muchísimo a la persona que lo ha padecido y, además, también puede provocar grandes disfunciones emocionales.

Aquí te dejamos algunos de las principales secuelas del maltrato infantil que suelen aparecer más comúnmente entre los adultos:

Baja autoestima

La autoimagen del niño se forma a partir de los mensajes que recibe de sus padres y sus allegados. El niño maltratado recibe siempre una imagen pobre de sí mismo, lo que se traduce en una baja autoestima acompañada de timidez y de falta de habilidades sociales a la hora de relacionarse con los demás.

Ansiedad y angustia

El niño maltratado se cría en un entorno en el que sus más allegados son quienes más miedo le producen. Por ello, como adultos, es común que rechacen el contacto físico, la proximidad de otro y tengan dificultades en relacionarse y confiar en los demás.

Incapacidad de mostrar sus sentimientos

Emocionalmente son incapaces de demostrar sus sentimientos, porque cuando niños solían ser obligados a esconderlos. Además tenderán a realizar sólo aquellas conductas que consideran que van a ser aprobadas por los demás, evitando así las consecuencias negativas derivadas del enfrentamiento.

Cuadro depresivo

También es habitual observar en los adultos que de niños han sido maltratados cuadros depresivos, ya que la privación afectiva que han sufrido durante su infancia, al no recibir el cariño, la comprensión y los cuidados necesarios cuando eran niños desemboca en una depresión, que muchas veces está disfrazada bajo otras conductas como alcoholismo, ludopatía, comer en exceso, etc.

Efectos del maltrato infantil en la edad adulta

Además de estos efectos psicológicos, también podemos ser testigos de las secuelas del maltrato infantil en adultos valorando algunas actitudes o hábitos que llevan a cabo dichas personas. Por norma general, se crean relaciones autodestructivas al no haber sido capaz de superar este trauma infantil, por ello, es habitual que se creen actitudes que son negativas para uno mismo y dañinas.

Haber padecido maltrato durante la infancia impacta de forma muy grave a los niños y a las familias. Esto hace que, por mucho que pase el tiempo, el afectado todavía siga sintiendo secuelas de esta situación. Aquí te descubrimos algunos de los efectos del maltrato infantil que presentan los adultos:

Violencia: uno de los efectos más comunes es que las personas que han padecido malos tratos se conviertan en personas violentas e irascibles. Debido a la impotencia que vivieron durante su infancia al no poderse defender, se pueden llegar a crear un caparazón o escudo que les haga estar siempre a la defensiva. Los ataques violentos surgen de ese trauma no resuelto que todavía les sigue marcando su vida.

Tendencia a depresiones: también es habitual que estas personas tengan tendencia a ser depresivas. Suelen tener una visión negativa del mundo y, ante cualquier complicación o problema, se desmontan. Puede ser que ni siquiera recuerden los episodios de violencia pero estos han hecho mella en su manera de vivir su vida.

Tabaquismo, alcoholismo o drogas: también es muy frecuente que las personas que han padecido maltrato infantil presenten adicciones como el tabaco, el alcohol o las drogas. Ya hemos dicho que, lo más probable, es que tengan bajos niveles de autoestima y, por ello, terminan teniendo actitudes destructivas con ellos mismos.

Obesidad o sobrepeso: la falta de autoestima también puede hacer que la persona no se cuide en absoluto. Además, a los episodios traumáticos también se les relaciona el hecho de generar comportamientos compulsivos con la comida, la bebida, etcétera.

Relaciones sexuales de riesgo: otra de las secuelas del maltrato infantil en adultos es que las personas no se respeten en absoluto y tengan relaciones sexuales de cualquier forma y con cualquier persona. Esto es un reflejo de su poca autoestima y respeto por sí mismo. Además, buscar la compañía de otra persona de forma compulsiva también puede ser un reflejo de tu necesidad de amor y cariño o, al contrario, la búsqueda de tener a alguien a quien dominar y sentirte más fuerte y seguro.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento.

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