El clima es conocido por causar molestias a la salud. Recientes investigaciones en Estados Unidos han revelado que los cambios de temperatura, en sus picos de calor y frío – principalmente, las alternancias bruscas – aumentan el riesgo en algunos trastornos, como el infarto cerebral (apoplejía).

El intenso calor de los últimos periodos provoca una disminución de la presión arterial debido a la dilatación de las arterias. La sangre se vuelve más viscosa y con mayor densidad de plaquetas – célula sanguínea responsable de la coagulación e implicada en los procesos de trombosis en los que se forman coágulos en el interior de las arterias, lo que puede obstruir e interrumpir el libre flujo sanguíneo.

El vicepresidente de la Academia Brasileña de Neurología, miembro del Departamento de enfermedades Cerebrovasculares de la institución, orienta a evitar el consumo de carne roja y a mantener una buena ingesta de líquidos, para una correcta hidratación en períodos cálidos. “Este período del año está marcado por la deshidratación”.

Indica aumentar la ingesta de agua (también de otros líquidos, sin azúcar), invertir en alimentos ligeros y refugiarse del sol. Desaconseja las bebidas alcohólicas, ya que contribuyen a la deshidratación.

“Las personas que fuman o padecen altos niveles de colesterol deben tener una mayor atención, ya que tienen más probabilidades de sufrir un ictus“, alerta.

El ictus (ictus) se caracteriza por la obstrucción total o ruptura de los vasos sanguíneos del sistema nervioso. Además de ser considerada la principal condición que deja incapacitados a las personas en todo el mundo.

Hay dos tipos de derrame más comunes, isquémico y hemorrágico. El primero, también llamado derrame, ocurre cuando hay una obstrucción arterial que impide la llegada de sangre y, por lo tanto, oxígeno a diferentes regiones del cerebro, causando la muerte de las neuronas.

Síntomas tempranos de un derrame cerebral

Los dos tipos de apoplejía pueden dejar secuelas y, por lo tanto, prestar atención a los síntomas de la condición considerada silenciosa es de suma importancia. Según Carlos Bosco Marx, neurólogo del Hospital Sepaco, entre las señales más comunes y tempranas de apoplejía están::

  • Debilidad o hormigueo en la cara
  • Debilidad o hormigueo en el brazo o pierna y en un lado del cuerpo
  • Confusión mental
  • Cambio del lenguaje o comprensión del lenguaje
  • Alteraciones visuales (pérdida repentina / oscurecimiento visual))
  • Alteración del equilibrio
  • Pérdida de coordinación motora
  • Mareo

Al sentir cualquiera de estos síntomas, el paciente debe anotar el horario en el que comenzaron y buscar inmediatamente ayuda médica, guía al neurólogo. Si la respuesta inicial es rápida, es posible utilizar un medicamento para disolver el coágulo que obstruye la arteria cerebral que causa los signos, garantizando una buena recuperación neurológica con un bajo índice de secuelas.

Los factores de riesgo que pueden facilitar la aparición de un derrame cerebral son la enfermedad vascular periférica, las enfermedades cardíacas, el tabaquismo, la hipertensión arterial, la diabetes, el sedentarismo, el colesterol alto, el uso de anticonceptivos, el alcohol y las drogas ilegales. Según el experto, el control de estos factores puede reducir la probabilidad de que una persona tenga un derrame cerebral y sus complicaciones.

pysnnoticias.com

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