Los avances en dispositivos médicos permiten ofrecer diagnósticos más precisos y tratamientos con mejores resultados en términos funcionales y de recuperación

Una de las patologías que afecta a más del 50% de los hombres mayores de 50 años es la Hiperplasia Benigna de Próstata (HBP), un agrandamiento benigno de la glándula prostática que genera una obstrucción a la salida de orina de la vejiga.

La HBP tiene un gran impacto en la calidad de vida del paciente. Éste es el principal motivo de consulta urológica en hombres mayores de 50 años y se estima que la práctica totalidad de los varones mayores de 80 años padece esta enfermedad.

No obstante, existen muchas otras patologías con una elevada incidencia de las que se ocupa el urólogo. De hecho, tal y como ha recordado la SEOM en su último informe ‘Las cifras del cáncer en 2022’, tres de los cánceres más frecuentes son los de próstata, vejiga y riñón, diagnosticados y tratados por los urólogos. Los hombres también acuden al urólogo para tratar problemas como la disfunción eréctil o la incontinencia urinaria.

Estas patologías pueden beneficiarse de distintos abordajes terapéuticos en función de las características de cada caso y de las herramientas tecnológicas a disposición de los profesionales. Algunas de las tecnologías más avanzadas que pueden encontrarse en la consulta del urólogo son las cinco siguientes.

Sistema robótico Da Vinci

El primer robot Da Vinci llegó a España en 2005. Desde entonces y tras varias generaciones del mismo, su uso se ha extendido hasta el punto de que ya son más de 70 centros en España los que cuentan con esta tecnología en sus quirófanos. Con él se realizan cirugías ginecológicas, torácicas, cardiovasculares, generales, de otorrinolaringología y urológicas.

Las cirugías urológicas han experimentado un salto de precisión al incorporar a su arsenal médico el sistema robotizado Da Vinci, que sintetiza las ventajas de la cirugía abierta y la laparoscopia en una operación mínimamente invasiva.

Tal y como señalan expertos «la estructura del sistema -compuesto por una consola quirúrgica, carro de paciente con los brazos robóticos y torre de visión- permite al cirujano operar con una visión excelente del campo quirúrgico, ampliado y en tres dimensiones». De esta manera, es posible tratar áreas anatómicas que de otra forma serían difícilmente accesibles con mayor precisión, lo que redunda en mejores resultados y siempre a través de pequeñas incisiones.

Además, este tipo de intervenciones implican menor tiempo quirúrgico, menor sangrado intraoperatorio, un alta hospitalaria más rápida y una recuperación postoperatoria menos dolorosa. Por todo ello, Da Vinci se ha convertido en un aliado imprescindible en Urología.

Sistema Ras Hugo

Se trata del sistema de cirugía robótica de Medtronic, empleado para intervenciones de próstata y riñón, entre otras. Recién llegado a España, consta de una plataforma modular y portátil de varios brazos y está diseñado para adaptarse al espacio de quirófano, procedimiento y necesidades de cada paciente.

Combina así instrumentos de muñeca, visualización en 3D y una opción de grabación de videos quirúrgicos basada en la nube, con la que poder registrar los procedimientos de forma segura y recopilar datos para su análisis y mejora de la técnica quirúrgica.

Láser Holimum

La enucleación prostática con láser Holmium (HoLEP) es la técnica quirúrgica mínimamente invasiva más avanzada que existe para tratar la Hiperplasia Benigna de Próstata.

«Ésta es la única técnica que puede comparar sus resultados funcionales con la cirugía abierta, pues consigue eliminar todo el adenoma prostático, pero minimizando las complicaciones de la intervención», afirman los galenos.

El tratamiento con Láser de Holmium permite al paciente reincorporarse a su vida habitual en pocos días y admite el tratamiento de otras patologías en la misma intervención, como pueden ser litiasis en la vejiga, estenosis de uretra o tumores vesicales. Entre sus virtudes, frente a otras técnicas de cirugía láser, destaca que el tejido extirpado puede someterse a un análisis, lo que lo convierte en un aliado clave para la detección precoz del cáncer de próstata.

Aunque el láser de Holmium no es nuevo -se emplea desde hace décadas y las guías de práctica clínica de la Asociación Europea de Urología especifican que la enucleación prostática con láser Holmium sirve para todos los tamaños prostáticos y consigue los mejores resultados funcionales con mínima morbilidad-, se trata de un tratamiento que precisa de una gran experiencia y habilidad endoscópica por parte del cirujano, mucha más que otros láseres, de ahí que aún no esté generalizado su empleo.

Aquabeam

Consiste en un tratamiento para la HBP aplicado mediante un dispositivo robotizado que permite hacer una planificación personalizada por parte del cirujano del tejido prostático a extirpar. Posteriormente, se destruye ese tejido con un chorro de agua a muy alta presión. Este procedimiento, que recibe el nombre de aquablación, ofrece a los pacientes un abordaje mínimamente invasivo, seguro y eficaz para la Hiperplasia Benigna de Próstata.

A través de este proceso quirúrgico y de un control ecográfico y cistoscópico continuo, se puede crear un mapa quirúrgico de las zonas que se deben extirpar. «Tras preparar al paciente para la intervención, se tarda entre 3 y 6 minutos en llevar a cabo el procedimiento completo de forma precisa por vía transuretral, sin necesidad de realizar ninguna incisión quirúrgica», indican los expertos.

La destrucción del tejido prostático se lleva a cabo mediante un jet pulsado de suero fisiológico (agua y cloruro de sodio) a muy alta velocidad, a temperatura ambiente y con una presión elevada que logra solucionar la HBP sin importar el tamaño y la forma prostática. Según explican, «uno de los principales motivos para apostar por esta técnica es que tiene las mejores tasas de preservación de la función sexual y eyaculatoria, ya que preserva las estructuras anatómicas responsables».

Rezum

Este sistema llegó a España en 2019 y supone una técnica mínimamente invasiva que emplea la energía térmica almacenada en el vapor de agua para tratar el tejido prostático obstructivo. Se trata de un proceso ambulatorio, que se realiza a través de la uretra, muy seguro y que preserva la eyaculación.

El proceso es el siguiente: la liberación de la energía térmica al pasar el vapor a estado líquido provoca una apoptosis o muerte celular selectiva de las células prostáticas que posteriormente se reabsorben consiguiendo una desobstrucción de la vía urinaria.

«Este procedimiento está especialmente indicado en pacientes con sintomatología leve/moderada, candidatos a tratamiento médico y con próstatas de un tamaño inferior a 80cc o preferiblemente 60cc», afirman los especialista.

Tal y como apuntan,  «no existe un tratamiento estándar para todos los pacientes. Cada persona es única, al igual que cada patología, exigiendo un diagnóstico y abordaje terapéutico personalizados, independientemente de las tecnologías con las que cuente el urólogo».

diariodeburgos.es

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