Es más frecuente con la edad y dos veces mayor en mujeres que hombres

La incontinencia urinaria es la pérdida involuntaria de orina, un problema que afecta a la rutina de millones de personas y que puede implicar un impacto psicológico y social.

Son muchos los mitos en torno a la incontinencia urinaria, como pensar que solo afecta a las mujeres. Según especialistas, es más frecuente con la edad y dos veces mayor en mujeres que hombres. Si se da en niños, hablamos de enuresis nocturna. En concreto, esta patología tiene una prevalencia media estimada del 24 % en mujeres, aumentando al 30-40 % en mujeres de mediana edad, y del 7 % en hombres.

Reduce la autoestima

“La incontinencia limita la autonomía y reduce la autoestima”. Por tanto, deteriora sensiblemente la calidad de vida de quienes la sufren». Indican los expertos.

Pese a estos datos, solo un 28,4 % de las personas que la padecen consulta con los especialistas y únicamente el 16,7 % recibe tratamiento. El especialista atribuye la falta de tratamiento a la normalización de esta patología, normal con el paso de los años.

“El impacto psicológico y emocional es muy grande, ya que hace cambiar a los pacientes sus hábitos de vida. Les cambia la organización de actividades tan simples como ir al cine o hacer un viaje. También afecta a las relaciones sexuales, ya que muchas personas las evitan, al poder sufrir pérdidas en esos momentos. Todo ello hace mella, mermando la calidad de vida de los pacientes”, aseguran.

Daños en los nervios

La incontinencia urinaria puede estar causada por inestabilidad del músculo detrusor de la vejiga o la toma de diuréticos. También influye la existencia de alteraciones vesicales es como cistoceles, y se ve favorecida por infecciones de orina, o el rebasamiento vesical.

El daño de los nervios es otro factor determinante para su aparición. Algunas enfermedades que deterioran nuestro sistema nervioso y que dificultan el control de la orina son la esclerosis múltiple o la enfermedad de Parkinson.

Tipos de incontinencia urinaria

En función de las causas que la originan y de cómo se manifiesta, podemos distinguir entre varios tipos de incontinencia urinaria. La primera de ellas sería la de esfuerzo, consistente en la pérdida involuntaria de orina asociada a un esfuerzo físico que provoca un aumento de la presión intraabdominal. Se manifiesta cuando los pacientes tosen, se ríen o estornudan. Entre las causas de su aparición están la edad, la obesidad y cualquier otro factor que pueda afectar al suelo pélvico, como los embarazos u operaciones como histerectomías.

Menos conocida es la incontinencia urinaria de urgencia o vejiga hiperactiva, que supone la pérdida involuntaria de orina asociada a un fuerte deseo de orinar que no puede demorarse. Son pacientes que tienen ganas de orinar y sienten que deben ir con urgencia al servicio, pero, como no suelen tener problemas para retener la orina, no piensan que puedan presentar ninguna patología.

Asimismo, existen otros dos tipos, incontinencia urinaria mixta, la pérdida que se presenta con urgencia y también al realizar ejercicios, esfuerzos, estornudos o toser; y por rebosamiento, que es la producida cuando el volumen de orina en la vejiga supera su capacidad, y se asocia con trastornos con el vaciado de la vejiga.

Otras patologías escondidas

La incontinencia puede estar escondiendo otras patologías y por eso es importante acudir al urólogo, apunta el doctor Es importante descartar, con la historia clínica y una exploración, que no haya prolapsos de órganos o patologías a nivel vesical, como un tumor de vejiga.

En cuanto al tratamiento, “va desde terapias conservadoras como la rehabilitación, hasta la cirugía con material protésico, pasando por el empleo de toxina botulínica”; en otras palabras, el especialista debe realizar un estudio detallado de cada caso.

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