Dormir no es solo descansar, es un proceso biológico vital. Durante el sueño, nuestro cuerpo regula funciones esenciales: se reparan tejidos, se fortalece el sistema inmune y el cerebro reorganiza la información aprendida. Sin un descanso adecuado, nuestra salud física, emocional y mental se ve seriamente afectada.
¿Qué ocurre si no dormimos bien?
Se debilita el sistema inmunológico, aumentando la susceptibilidad a infecciones.
Disminuye la concentración, la memoria y la capacidad de toma de decisiones.
Se elevan los niveles de estrés y ansiedad.
Aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, obesidad y diabetes tipo 2.
Consejos para mejorar el sueño:
Mantén horarios regulares para acostarte y despertarte.
Evita el uso de pantallas al menos 1 hora antes de dormir.
Reduce el consumo de cafeína por la tarde.
Crea un ambiente oscuro, silencioso y cómodo en tu habitación.
Dormir bien no es un lujo, es una necesidad. Priorizar el sueño es invertir en salud a largo plazo.