El tejido adiposo se utiliza como producto de relleno en cirugía plástica y estética desde hace mucho tiempo y ha sido objeto de numerosos estudios.

El injerto de tejido adiposo se utilizó por primera vez a finales del siglo xix. Los conceptos y las técnicas han evolucionado en gran medida en el último siglo.

En estos últimos años, ha surgido un renovado interés por el injerto de tejido adiposo. Se han publicado distintas técnicas, pero la novedad ha surgido gracias a los trabajos de Coleman, que ha presentado un procedimiento poco traumático basado en un material específico y en una metodología estricta. Distintos estudios han mostrado después la supervivencia del tejido adiposo trasplantado. Ante la demostración de la supervivencia celular y los buenos resultados obtenidos, la utilización de esta técnica con el fin de restaurar los defectos de contornos y de volúmenes se ha generalizado de forma progresiva. Se trata de una técnica sencilla, eficaz y reproducible. En la actualidad, parece ser el mejor método de restaurar los defectos de volumen. Además, hoy día se sabe que el tejido adiposo es la mayor fuente de células madre mesenquimatosas del organismo, lo que le coloca en el punto central de los trabajos sobre medicina regenerativa.

Después de una descripción de las propiedades del tejido adiposo, de su evolución histórica y de la técnica actual de injerto de adipocitos, se enumerarán y se ilustrarán sus aplicaciones actuales.

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