Photo of senior woman having some knee pain. She's at doctor's office having medical examination by a male doctor. The doctor is touching the sensitive area and trying to determine the cause of pain.

La osteoporosis es una enfermedad ósea que afecta a millones de personas en todo el mundo, especialmente a mujeres después de la menopausia y a adultos mayores. Se caracteriza por la pérdida de densidad mineral en los huesos, lo que los vuelve más frágiles y aumenta el riesgo de fracturas.

Tradicionalmente, los médicos han considerado que la osteoporosis no se puede curar del todo, sino solo controlar para frenar su avance. Sin embargo, un estudio reciente ha despertado nuevas esperanzas: podría ser posible revertir algunos de sus efectos.

Un cambio de perspectiva

El tratamiento habitual de la osteoporosis se basa en medicamentos que ralentizan la pérdida ósea, junto con cambios en la alimentación, suplementos de calcio y vitamina D, y ejercicios con carga para estimular la formación de hueso.

Pero la investigación mencionada por el artículo señala que se podrían desarrollar terapias más avanzadas, capaces de restaurar la masa ósea perdida y mejorar la resistencia de los huesos.

Esto significaría no solo detener el deterioro, sino recuperar parte de lo perdido, algo que hasta hace poco se consideraba muy difícil.

Factores clave en la prevención

Aunque los avances médicos son prometedores, los especialistas insisten en que la mejor estrategia sigue siendo la prevención. Entre las medidas más importantes están:

  • Mantener una dieta equilibrada rica en calcio, vitamina D, proteínas y nutrientes esenciales.

  • Practicar ejercicio físico regular, especialmente actividades con impacto moderado y entrenamiento de fuerza.

  • Evitar el consumo excesivo de alcohol y tabaco.

  • Realizar controles médicos periódicos, especialmente en mujeres después de la menopausia y en hombres mayores de 65 años.

La ciencia avanza y cada vez estamos más cerca de encontrar tratamientos que podrían revertir la osteoporosis. Sin embargo, aún hacen falta más estudios para confirmar estos hallazgos y comprobar su eficacia en distintos grupos de pacientes.

Mientras tanto, lo más recomendable es adoptar un estilo de vida saludable y consultar regularmente al médico para prevenir complicaciones.

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