Las piscinas públicas ofrecen una opción refrescante y social, pero también esconden riesgos si no se gestionan adecuadamente. Aunque el artículo de El Deber / BBC destaca estas preocupaciones, veamos una versión ampliada y respaldada por investigaciones para comprender mejor qué tan seguras son realmente.
1. La contaminación viene de los bañistas
Cada persona lleva consigo millones de microbios —a través del sudor, cabello, saliva o incluso orina— que pueden introducirse en el agua. De hecho, el promedio de ingestión de agua durante una sesión de natación es de 30 a 80 ml, cifra que se duplica en niños y varía según el sexo.
2. Cloro no siempre significa seguridad total
El cloro es el desinfectante más común en piscinas, pero no es infalible. Ciertos patógenos como el Cryptosporidium pueden sobrevivir hasta 10 días en agua clorada y causar diarrea severa. Otros como hepatitis A, Giardia, Pseudomonas, ni siquiera son completamente eliminados con facilidad.
3. Resultados reales: estudios globales
China (Guangzhou): El 12.8 % de piscinas presentó Giardia o Cryptosporidium; el 69 % evidenció presencia de Pseudomonas aeruginosa, incluyendo cepas resistentes a antibióticos.
Amán (Jordania): Más del 90 % de las piscinas evaluadas tenía altos niveles de contaminantes microbiológicos —coliformes y niveles deficientes de cloro.
Melbourne (Australia): Algunas piscinas superaron los límites aceptables de bacterias como moho y levaduras, aunque mantenían niveles químicos adecuados. Se relacionó con brotes de criptosporidiosis durante el 2025.
4. Lecciones prácticas: ¿cómo protegerse?
Dúchate antes de nadar: reduce significativamente la carga de contaminantes que ingresan a la piscina.
Evita nadar enfermo o con heridas abiertas, especialmente si has tenido diarrea recientemente —el riesgo de contagio es elevado.
No confíes en el olor fuerte a cloro como señal de limpieza: ese olor suele indicar acumulación de cloraminas, resultado de la combinación de cloro con materia orgánica, y puede irritar piel y mucosas.
Verifica reportes de inspección pública o parámetros de agua: muchas jurisdicciones publican resultados de higiene y control químico de piscinas.
Resumen comparativo
Riesgo o factor | Datos clave |
---|---|
Microbios introducidos | Hasta 80 ml ingeridos; mayor riesgo en niños. |
Patógenos resistentes | Cryptosporidium puede sobrevivir a cloro por días. |
Contaminación real | Presencia de Giardia, Pseudomonas, coliformes en estudios globales. |
Mejor práctica | Ducha obligatoria y evitar nadar enfermo. |
Cloro ≠ limpieza | El olor fuerte puede indicar cloraminas y contaminación. |
Las piscinas públicas pueden ser una fuente de contagio si no se mantienen bien. El cloro y filtración son esenciales, pero no suficientes por sí solos. La higiene depende de todos: operadores deben cumplir normas y usuarios adoptar buenos hábitos. Ducha previa, evitar nadar enfermo y verificar regulaciones locales son pasos clave para disfrutar el agua sin riesgos.