La nariz es una de las áreas faciales que influye en la estética del rostro, es por ello que requiere de atenciones y para poder atender a ésta, la rinoseptoplastia es una operación que busca modificar la forma y función de la nariz. Para ello hay que modificar el tabique – apariencia interna- y la apariencia externa. Los pacientes que se someten a ella buscan mejorar la funcionalidad de la nariz y, a la vez, obtener una mejora estética.

La cirugía de nariz se considera una de las más complicadas y delicadas de la estética facial por su compleja anatomía. Incluso, se considera una de las más dolorosas. Sin embargo, hoy en día son muchos los que deciden pasar por quirófano para modificar su estética; conseguir la forma deseada. Por otra parte, hay quienes lo hacen por salud, para corregir la función de este órgano, por ejemplo: por problemas de respiración, sangrados incontrolables o deformaciones en el tabique, entre otros. Pues bien, la rinoseptoplastia es la intervención más quirúrgica estética y funcional que da solución a las dos situaciones. En un solo acto quirúrgico se une la reparación de la forma externa de la pirámide nasal con la remodelación del interior de la fosa nasal, es decir, atiende la parte estético-funcional.

Por tanto, existen dos objetivos por los que el paciente deberá pasar por la rinoseptoplastia:

Parte funcional

La rinoseptoplastia suele incluir enderezamiento del tabique, siempre que sea posible, y eliminación de fragmentos del tabique que supongan algún tipo de obstrucción para el funcionamiento normal de la nariz. También se corrigen desviaciones y todos aquellas deformidades que puedan surgir en la pared interna que separa las fosas nasales. Existen varios motivos por los que se puede tener el tabique desviado:

De nacimiento

Por lesiones o traumatismos (accidentes, golpes, etc)
Algunos aseguran que el uso de drogas puede ser otra razón (inhalar cocaína o algún otro tipo de droga)

Parte Estética

Los motivos de optar por este procedimiento pueden ser en su totalidad estéticos. En la intervención también busca modificar las estructuras óseas y cartilaginosas para conseguir una nueva forma en busca de la armonía facial. En ocasiones, para ayudar a dar forma se injertan diferentes partes tejidos propios como cartílagos o hueso o, en su defecto, materiales sintéticos. Lo cual permite al paciente visualizar una nariz completamente diferente, la que ahora se encaja a las peticiones de éste.

El procedimiento de la rinoseptoplastia

Para que tengan un panorama de en qué consiste el procedimiento por esta cirugía, te compartimos que la intervención se basa en realizar pequeñas incisiones en el interior de la nariz que suelen ser suficientes para efectuar el procedimiento. En los casos más complejos, se procede a realizar lo que es conocido como rinoplastia abierta, intervención en la cual se necesita una incisión extra en la estructura entre la punta de la nariz y el labio, llamada columela, para actuar de forma más directa sobre los elementos osteocartilaginosos de la pirámide nasal.

Tras la cirugía se coloca una férula sobre la nariz, normalmente acompañada por tapones nasales que se mantendrá durante unos días para evitar el sangrado. En cuanto a la anestesia, la operación se realiza bajo anestesia general y el paciente normalmente permanece ingresado un día tras el que puede volver a casa y reposar durante unos días.

El postoperatorio es muy variable dependiendo del paciente aunque existen varios efectos secundarios comunes. El taponamiento puede provocar dolor, pesadez de cabeza, sensación de taponamiento de oídos, sequedad de garganta… También es normal dolor en la nariz que se puede extender a otras zonas de la cara y la cabeza. Vómitos o hinchazón son habituales las primeras horas tras la intervención. Así como la aparición de hematomas, pero tras transcurrir unos días, éstos desaparecen y todo volverá a la normalidad. Para ver los resultados finales, se comenta que tendrán que pasar por lo menos seis meses después de la intervención.

Por otra parte, durante el postoperatorio, si se nota sangrado y dolor que incluso los medicamentos prescritos por el cirujano no logran desaparecerlos, o bien, otros padecimientos fuera de lo normal, es aconsejable acudir con tu cirujano, pues él ayudará a tratar el problema.

Otros factores a considerar en la intervención

Algo muy importante que no se tiene que desairar en ningún procedimiento quirúrgico y mucho menos en uno más delicado que es en el rostro, es el ingresar a hospitales o clínicas especialistas, quienes se respalden por contar con médicos certificados, pues ello ayudará a que si tu presentas dudas por el tratamiento, una explicación clara de lo que conlleva el procedimiento, puede ayudar a influir en la elección por la intervención.

Hay clínicas donde la tecnología juega un papel muy importante, pues a través de ésta se logra visualizar cuál sería el resultado en tu persona. Además del personal experto y certificado en el centro o clínica, las instalaciones son importantes, ello en el sentido de que cumplan con las normas de calidad y de sanidad necesarias para poder laborar. Con todo lo anterior, tú como paciente sentirás más seguridad al permitir que estas personas trabajen con tu cuerpo, pues los resultados y tu salud no se verá en riesgo.

Otro de los factores a considerar, es el precio de un rinoseptoplastia, oscila entre los 4.000 y 6.000 euros. Depende del prestigio tanto del lugar (clínica) como del mismo cirujano.

Así que, en caso de que tu tengas una nariz ancha, con borde, aguileña, de perico, desviada o bien, que no se encuentre en armonía con tu rostro y que además, a estas imperfecciones se le sume problemas funcionales que pudieron ser ocasionados por un accidente (golpe) o por que éstos se encuentran presentes desde el nacimiento, la rinoseptoplastia es la intervención más adecuada para terminar con tus padecimeintos funcionales y estéticos.

Fuente: multiestetica.com

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