Las personas con diabetes muchas veces reportan dolor persistente en la rodilla, incluso sin evidencia clara de daño articular severo. Según el Dr. Scott Isaacs y otros expertos, esto podría deberse a múltiples mecanismos que se pasan por alto cuando se piensa que el dolor solo proviene del sobrepeso o desgaste articular.
¿Por qué la diabetes puede provocar dolor en la rodilla?
Inflamación crónica
Los niveles elevados de glucosa generan un estado inflamatorio sistémico que puede afectar los tejidos alrededor de la articulación, agravando molestias articulares.Daño vascular y al tejido conectivo
La diabetes deteriora los vasos sanguíneos pequeños y puede afectar el suministro de nutrientes al cartílago y otros tejidos de la rodilla, lo que conduce a degeneración y dolor.Neuropatía y alteraciones nerviosas
Es común que la diabetes afecte los nervios periféricos. Esa neuropatía puede influir en la percepción del dolor articular o generar un dolor difuso que se confunde con molestias de rodilla.Interacción con otras patologías articulares
Diabetes, obesidad, artrosis y tendinopatías suelen coexistir. Cuando se superponen, el dolor se intensifica porque las condiciones se retroalimentan.
¿Qué se puede hacer?
Control estricto de la glucosa para reducir los efectos inflamatorios.
Actividad física de bajo impacto (caminar, natación, bicicleta) para fortalecer músculos que estabilizan la rodilla.
Fisioterapia personalizada para mejorar movilidad, flexibilidad y disminuir carga mecánica.
Manejo del peso corporal para reducir la carga en las articulaciones.
En casos de dolor persistente, uso cuidadoso de analgésicos o antiinflamatorios, siempre bajo supervisión médica.