La hipersudoración excesiva en áreas focales del cuerpo (especialmente cara, manos, axilas y pies), se asocia en muchas personas a un trastorno denominado hiperhidrosis focal primaria. Muchas veces se asume como una variante de la normalidad y no se busca una solución. Vamos a desgranar las características de una patología desconocida para muchos afectados.
¿Qué síntomas hacen sospechar una hiperhidrosis primaria?
Lo habitual es que se manifieste en pacientes jóvenes (menores de 40 años), y los síntomas suelen haber aparecido durante la infancia o adolescencia. La sudoración afecta especialmente a las palmas de las manos, las axilas y las plantas de los pies. Es una sudoración desmesurada, puesto que sudan dichas áreas incluso en invierno o cuando hace frío, si bien es cierto que es mayor en momentos de más calor como el verano, durante el ejercicio, o sobre todo cuando el paciente se pone nervioso. En el caso de manos o axilas, llegan a gotear, y las plantas de los pies originan una sensación muy desagradable con las sandalias en verano al producir resbalones. Es una sudoración tan exagerada que afecta su vida diaria: influye en su trabajo, en sus relaciones personales, y produce un profundo malestar y repercusión psicológica debido al pensamiento popular despectivo sobre la gente que suda en exceso.
¿A qué se deben estos síntomas?
Cuando un paciente con estas características es evaluado, lo primero que se debe descartar es que dichos síntomas sean secundarios a la toma de medicamentos o la presencia de enfermedades que secundariamente los originen. Una vez descartado, la sospecha es de hiperhidrosis focal primaria, un trastorno de origen desconocido, en el que existe una hiperactividad del componente de nuestro sistema nervioso que regula la sudoración (sistema nervioso autónomo simpático), que en condiciones normales sirve para mantener estable la temperatura corporal. Esta patología puede llegar a ser muy molesto e incapacitante, aunque muchas personas desconocen que es una patología y que tiene un tratamiento efectivo.
¿Qué alternativas de tratamiento tiene?
Existen distintos grados de afectación. Habitualmente se comienza con tratamientos tópicos o incluso algunos medicamentos por vía oral. En los casos moderados o severos, se puede plantear el tratamiento con toxina botulínica, que logra buenos resultados especialmente en casos moderados, si bien no es un tratamiento definitivo y ha de repetirse habitualmente cada temporada (6-12 meses).Si la sudoración es severa y no ha respondido a tratamientos más conservadores, hay que plantear la posibilidad de cirugía.
¿En qué consiste la intervención?
La cirugía se denomina simpaticotomía, y es una técnica mínimamente invasiva que realizamos por videotoracoscopia mediante una incisión de 1 cm por debajo de cada axila. A través de dicha incisión, ayudados de una cámara realizamos una sección de la cadena simpática. Es una intervención sencilla de aproximadamente 20 minutos de duración, y conlleva una estancia hospitalaria de menos de 24 horas. El dolor postoperatorio es leve y se maneja con calmantes habituales, pudiendo recuperar el paciente su vida normal en unos días. Los resultados son excelentes especialmente en el caso de las palmas de las manos y las axilas. Ocasionalmente puede producirse un aumento de sudoración en otras zonas del cuerpo en grado leve, principalmente espalda, abdomen o muslos, que en caso de aparecer suele ser escasamente molesta para los pacientes. Los pacientes obtienen unos resultados óptimos y se sienten felices de haberse intervenido dado que esta cirugía puede cambiar definitivamente la vida de las personas afectadas.
¿Cuál es la ventaja del tratamiento quirúrgico mínimamente invasivo?
La cirugía de la hiperhidrosis, se lleva a cabo habitualmente bajo anestesia general e intubación orotraqueal y ventilación mecánica, lo que supone que el paciente es asistido por una máquina que respira por el paciente durante el procedimiento a través de un tubo endotraqueal. La principal diferencia en esta técnica novedosa, es que se lleva a cabo sin necesidad de intubación; en este caso se coloca un dispositivo en forma de mascarilla que se introduce en la garganta del paciente cuando está dormido, por lo que se disminuye las molestias de garganta postoperatorias y el riesgo de complicaciones. Esta menor invasividad anestésica permite llevar a cabo anestesias más livianas y menos profundas, contribuyendo así a disminuir en su globalidad la agresividad de la cirugía.
Si padece este problema, no dude en consultar con especialistas para buscar una solución.
Fuente: diarioinformacion.com