El acné es uno de los trastornos dermatológicos más frecuentes en la población joven (afecta a alrededor del 85 % entre 12 y 24 años) y un motivo de consulta constante en atención primaria.

Características clínicas

El acné es un proceso inmunoinflamatorio crónico que cursa con comedones, pápulas, pústulas o nódulos en cara y tronco, asociados con eritema, hiperpigmentación y cicatrices.

La clasificación se realiza mediante la escala Investigator Global Assessment (IGA), que evalúa tipo, cantidad y severidad de las lesiones, facilitando el seguimiento clínico.

Tratamiento según gravedad

Acné leve

Tratamientos tópicos combinados:

  • Retinoide (adapaleno 0,1 %)

  • Peróxido de benzoilo (contra inflamación)

  • Antibióticos tópicos (usados siempre en combinación con otros agentes)

Acné moderado

Añadir antibiótico oral (doxiciclina o minociclina) por 3–4 meses junto con los tópicos anteriores

Acné moderado resistente o grave

  • Referir a dermatología
  • Indicar isotretinoína oral (controlar recaídas en hasta 50 %)
  • En mujeres adultas con acné inflamatorio persistente y signos de hiperandrogenismo se puede considerar espironolactona

Recomendaciones clave

  1. Evitar monoterapia con antibióticos tópicos o sistémicos

  2. Mantener uso combinado de antibióticos con peróxido de benzoilo o retinoides tópicos

  3. Limitar antibiótico oral a 3–6 meses máximo

  4. Iniciar terapia de mantenimiento (retinoides tópicos o ácido azelaico) especialmente en mujeres adultas

  5. Comenzar temprano el uso de tretinoína o adapaleno para prevenir cicatrices

Cuidado complementario y educación al paciente

  • Explicar que la mejoría lleva 8–12 semanas, y recalcar la importancia de constancia

  • Indicar una rutina de higiene suave: limpiadores suaves (syndets), humectantes, filtros solares no comedogénicos (FPS ≥ 30), y productos con ácido salicílico, niacinamida o ácido azelaico

  • Aconsejar no manipular las lesiones ni usar productos irritantes 📌

- Suscribase -