Un ensayo clínico realizado en el Hospital Universitario La Paz de Madrid ha logrado una supervivencia preliminar del 70 % en 8 de los 11 niños y adolescentes tratados con una terapia celular de última generación para la Leucemia linfoblástica aguda tipo B, el cáncer pediátrico más habitual.
¿En qué consiste?
El tratamiento se basa en un tipo de terapia CAR-T denominada “tándem”, que modifica genéticamente los linfocitos del propio paciente para que reconozcan dos proteínas clave del tumor (CD19 y CD22), evitando mecanismos de escape del cáncer.
Las células modificadas, descritas como un “medicamento viviente que cabe en una cuchara”, se producen en laboratorio y luego se reintroducen en el paciente para eliminar el tumor.
Resultados y relevancia
De los 11 jóvenes que habían agotado todas las terapias convencionales, ocho llevan más de 20 meses libres de enfermedad tras el tratamiento experimental.
El estudio muestra que hospitales públicos pueden desarrollar terapias avanzadas a menor coste que las farmacéuticas: el tratamiento costaba aproximadamente 90.000 € frente a más de 300.000 € de terapias privadas comparables.
Este avance puede redefinir el abordaje del cáncer infantil resistente y abre nuevas esperanzas para otros tumores pediátricos complejos.
Consideraciones
Aunque los datos son muy prometedores, se trata de resultados preliminares: el seguimiento es aún limitado, y se necesitan más ensayos para confirmar eficacia y seguridad a largo plazo.
Como sucede con todas las terapias CAR-T, este tipo de tratamiento requiere infraestructura especializada, personal adiestrado y protocolos estrictos de manejo de efectos secundarios.
El acceso global y equitativo al tratamiento es un desafío: contar con producción local, reducir costes y escalar la tecnología será esencial.
Este avance refleja el poder de la medicina de precisión: un “medicamento vivo” que actúa desde dentro para vencer lo que parecía irreversible. Un paso gigante hacia un futuro en el que el cáncer infantil pierda su carácter incurable.







