Investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona y la Universidad Ruhr en Bochum (Alemania) identificaron por primera vez señales electrofisiológicas en humanos asociadas a la extinción de recuerdos de miedo, es decir, los mecanismos cerebrales que ayudan a “borrar” experiencias negativas.
Se estudió a 49 personas con electrodos implantados por epilepsia farmacológicamente intratable. Los participantes observaron estímulos neutros o asociados a sonidos desagradables, y luego se produjo la fase de extinción sin el estímulo negativo.
Detectaron un aumento de actividad en ondas theta (4-8 Hz) en la amígdala cuando se presentaban estímulos no condicionados, lo que sugiere una señal de “seguridad”.
Hallaron una mayor similitud representacional neural entre distintos episodios condicionados durante la fase de extinción, lo que indica que el contexto importa al “suprimir” recuerdos negativos.
El borrado de recuerdos parece depender del contexto: fuera del contexto de extinción, puede recuperarse más fácilmente el miedo.
Implicaciones
Estos hallazgos ayudan a explicar por qué los recuerdos traumáticos pueden volver incluso después de la terapia —porque la extinción no los elimina, sino que compite con ellos en el contexto.
Abrir vías para nuevas estrategias terapéuticas en trastorno de estrés postraumático (TEPT) y otros trastornos de ansiedad, enfocadas en reforzar esas señales cerebrales de extinción.