Infecciones urinarias de repetición
Pregunta del lector: Buenos días. Padezco infecciones urinarias de repetición y, para tratarlas, me suelen recetar antibiótico, algo que calma el problema hasta que vuelve a aparecer. ¿A qué puede deberse? ¿Cómo puedo evitarlo?.
Respuesta de los especialistas: Las infecciones urinarias recurrentes son una condición muy prevalente que provoca un evidente deterioro de la calidad de vida de nuestros pacientes, motivo de múltiples visitas a consulta y urgencias. Desde el punto de vista epidemiológico, es una patología que afecta fundamentalmente a mujeres y representa un impacto evidente en su vida laboral, social y familiar.
Se considera infección urinaria recurrente cuando existen dos o más episodios sintomáticos en un plazo de seis meses o más de tres en un año y las causas que lo provocan en la mayoría de los pacientes no quedan claras por más pruebas que se realicen, cuestión que supone un hándicap para el especialista y una situación frustrante para el paciente.
No estamos ante una patología grave pero, como se comentaba previamente, sí que supone un deterioro evidente para la calidad de vida de nuestras pacientes. Iniciamos siempre el proceso diagnóstico con una búsqueda de los posibles factores de riesgo que lo pueden justificar, si bien es cierto que el propio hecho de ser mujer es un factor de riesgo ya que la uretra femenina no es buen mecanismo defensivo a diferencia de la uretra masculina. Condiciones como la incontinencia, los prolapsos de las vísceras pélvicas, la incontinencia urinaria, las relaciones sexuales, el estreñimiento o la ingesta de escasos líquidos son predisponentes que habitualmente nos encontramos y que debemos corregir como punto de partida de la estrategia terapéutica. La modificación de determinados hábitos higiénico dietéticos en algunas pacientes suele ser suficiente para reducir un número significativo de infecciones.
Si ya consideramos las medidas farmacológicas, las guías clínicas de las principales asociaciones científicas citan varias medidas que son las que usamos habitualmente en nuestra consulta. Citaremos algunas de ellas. La antibioterapia sigue siendo la herramienta principal ante las infecciones recurrentes. Esta puede ser utilizada a diferentes dosis y con distintas pautas. De este modo, en pacientes seleccionados se les puede instruir en el uso de lo que denominamos el autotratamiento, en otros pautamos profilaxis postcoital y en la mayoría de pacientes iniciamos un tratamiento antibiótico prolongado a dosis baja (terapia supresivas).
Existen también preparados con arándano rojo o con manosa que reducen la adherencia bacteriana a la mucosa de la vía urinaria y también los usamos aislados o como parte de una terapia combinada. Los estrógenos tópicos genitales en mujeres postmenopáusicas también han mostrado resultados satisfactorios ya que mejoran el trofismo genital y ayudan a restaurar la flora genital.
Existen también vacunas orales para disminuir o evitar la aparición de recurrencias a través de un mecanismo inmunitario. La acupuntura, la fitoterapia (productos de origen vegetal) o los probióticos también han sido propuesto como posibles tratamientos preventivos en este tipo de pacientes, en este caso con unos resultados más dudosos.
En definitiva, recomendamos a todos aquellos pacientes que presentan infecciones urinarias de repetición que sean valorados en consultas especializadas ya que estamos ante una patología muy rebelde al tratamiento y que debemos procurar solucionar cuanto antes, ya que, aunque en la mayoría de los casos, quedan en una infección con foco en vejiga (cistitis aguda) ocasionalmente pueden empeorar en infecciones febriles y más importantes (riñón, próstata o testículos).
Recuperar la fertilidad tras una vasectomía
Pregunta del lector: Hace 3 años me hice una vasectomía y ahora me gustaría volver atrás. ¿Durante cuánto tiempo es posible la recanalización? ¿Qué efectos puede tener esta intervención? ¿Es efectiva?
Respuesta de los especialistas: Existen diferentes procedimientos que se pueden emplear en pacientes a los que se ha realizado previamente una vasectomía para recuperar la fertilidad. La vasectomía es un procedimiento quirúrgico que nuestros pacientes nos solicitan con una intención anticonceptiva y que, en definitiva, produce una azoospermia (ausencia de espermatozoides) mediante la realización de una obstrucción en los conductos deferentes.
Se trata de una técnica sencilla y segura que realizamos de forma ambulatoria y bajo anestesia local, lo cierto es que recomendamos a nuestros pacientes que tomen una decisión madura y meditada antes de su realización ya que los métodos contrarios para recuperar la fertilidad son más complejos, laboriosos, costosos y a veces ineficaces. Es decir, aunque la vasectomía potencialmente es reversible les recordamos que se planteen este procedimiento como algo definitivo. Hoy en día se calcula que en torno al 3% de los pacientes vasectomizados solicitan una reversión, generalmente por un cambio de pareja.
Existen dos opciones para recuperar la fertilidad después de una vasectomía. La primera de ellas sería la repermeabilización de los conductos deferentes mediante dos alternativas quirúrgicas: la vasovasostomía o la vasoepididimostomía. La otra opción sería la recuperación de espermatozoides mediante biopsia testicular para realizar posteriormente un ICSI (método de reproducción asistida que consiste en la inyección del espermatozoide en el ovocito con el fin de obtener embriones que luego se transferirán a la mujer). La primera de ellas, la reparación de los conductos deferentes sería la única técnica que permite la concepción de forma natural.
Centrándonos en la propuesta del lector, la repermeabilización de los conductos deferentes, debemos comentar que se trata de una técnica más compleja que la vasectomía al tratarse de una técnica microquirúrgica que se realiza en la mayoría de los casos con anestesia general cuya duración suele ser de 2 horas aproximadamente. Los factores predictivos del éxito de esta técnica fundamentalmente son el tiempo transcurrido desde la realización de la vasectomía, la presencia de otras patologías genitales asociadas y la edad de ambos progenitores, fundamentalmente de la mujer.
En términos generales, y sin estratificar por edad o tiempo transcurrido, la tasa de permeabilidad de los conductos deferentes (valorado mediante la existencia de espermatozoides en el eyaculado) es del 80-90% pero la tasa de paternidad desciende al 50-60%. En algunos estudios se alcanzan resultados mucho mayores si analizan pacientes en los cuales han transcurrido menos de 5 – 8 años desde la realización de la vasectomía. Este periodo, suele ser el punto de corte a partir del cual desciende linealmente la tasa de éxitos.
En cuanto a los efectos secundarios que se cuestionan en el enunciado son infrecuentes y generalmente solucionables de una forma conservadora. Como cualquier intervención, existe riesgo de infección, hematoma, dolor postoperatorio, etc. pero no se han descritos complicaciones graves a largo plazo ya que aunque técnicamente precise una adecuada destreza, la recuperación suele ser similar al propio postoperatorio de una una vasectomía convencional.
Urgencia miccional
Pregunta del lector: He notado que, desde hace un tiempo, siento unas ganas urgentes de orinar cada poco tiempo, llegando incluso a provocarme pérdidas en algunas ocasiones. ¿Qué ha podido generar este problema? ¿Cómo puedo solucionarlo?
Respuesta de los especialistas: La situación que se describe en el enunciado de la pregunta se denomina urgencia miccional y es uno de los diferentes síntomas relacionados con la alteración de la dinámica miccional clasificados dentro de los síntomas irritativos miccionales.
La respuesta a la aparición de estos síntomas puede ser muy amplia ya que las causas que lo provocan pueden ser muchas en dependencia si estamos ante un varón o una mujer, fumador o no fumador, con o sin signos y síntomas asociados, edad del paciente, antecedentes previos, etc.
En términos generales, si estamos ante un paciente adulto con este síntoma aislado y el paciente refiere solamente urgencia miccional, independientemente que provoque incontinencia o no suele ser debido a un crecimiento de la próstata en los varones o a un síndrome de vejiga hiperactiva en la mujer. En los primeros, los cambios que sufre al vejiga para adaptarse al crecimiento de la próstata puede justificarlo. En las segundas estaríamos ante un síndrome, generalmente de aparición caprichosa y sin una causa reconocible, que provoca que la vejiga trabaje de una forma anárquica sin respetar los volúmenes y las sensaciones miccionales normales. En ambos grupos también debería descartarse problemas neurológicos que provoquen un mal funcionamiento vesical o patologías que justifiquen una irritación de la vejiga (cálculos, infecciones, tumoraciones, etc.).
Si, por el contrario, el paciente refiere otros síntomas asociados, los indicios para hacer una presunción diagnóstica pueden orientar el tipo de pruebas que solicitaríamos a un determinado paciente. Por citar un ejemplo, si el paciente refiere urgencia miccional con escozor, sugiere infección, si el paciente refiere urgencia miccional con sangre en la orina sería más propio de un cálculo o una tumoración (sobretodo si el paciente es fumador). Sirva esto como ejemplo, no debemos tomar esta información al pie de la letra ya que cada paciente es diferente y no se puede generalizar estas afirmaciones.
En cualquier caso, la urgencia miccional, sobretodo si ya provoca incontinencia urinaria, debería ser diagnosticada con unos estudios complementarios orientados a cada caso particular.
En el caso de que exista un hallazgo que lo justifique, el punto de partida del tratamiento debería ser enfocado a la corrección de esa patología. Si no encontramos nada que lo justifique y por lo tanto no podemos individualizar el tratamiento, disponemos de diferentes fármacos que, mediante un efecto en la fase de llenado de la vejiga, puede controlar o al menos minimizar la intensidad de los síntomas. Afortunadamente, hoy en día existen diferentes familias farmacológicas que ayudan a mejorar la calidad de vida de los pacientes con urgencia miccional y con incontinencia secundaria a esta condición. Salvo excepciones, los tratamientos farmacológicos en esta patología son de elección, ya que los quirúrgicos suelen estar orientados para otro tipo de incontinencia.
Son muchos los pacientes que valoramos con esta clínica y, afortunadamente, la gran mayoría de ellos tienen una respuesta al tratamiento que les permite mejorar su calidad de vida.
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