Aunque es un esfuerzo habitual de la mano, existe una condición que hace que sea muy doloroso: la rizartrosis.
Existen soportes creados para restringir el movimiento del pulgar
Mover un vaso o taza, levantar una bolsa, abrir la puerta usando una llave, o teclear frente a la computadora, son sólo algunas de las múltiples actividades que una persona ejecuta a lo largo del día. Ya sea en el trabajo o la casa, todos estos movimientos requieren del uso de la mano y sobre todo del pulgar, dedo que permite hacer una “pinza” y tomar correctamente los objetos.
Aunque es un esfuerzo habitual de la mano, existe una condición que hace que sea muy doloroso: la rizartrosis. Se trata de una afección de la articulación trapeciometacarpiana, que es la que une el pulgar con la muñeca. Este padecimiento se desencadena principalmente por dos factores: el desgaste natural, o por una condición genética que predisponga a padecerlo. De acuerdo con el Dr. Juan Ramón Bonfil, ortopedista y cirujano de mano, esta enfermedad se presenta un 30% más en mujeres que en hombres y sus principales efectos son dolor e inflamación en la zona, factores que dificultan y disminuyen la fuerza y capacidad de prensión (en forma de pinza) usando el pulgar y otros dedos.
Hacer frente al invierno
Aunque es común que la articulación duela, como síntoma permanente de la rizartrosis, las bajas temperaturas y los cambios en los niveles de presión y humedad del ambiente, de esta temporada, contribuyen a que las molestias aumenten. Ante esto, el doctor Bonfil recomienda mantener el calor en la zona con el uso de guantes y prendas confeccionadas con materiales, como la piel, que repelen el aire y la humedad, sumados a una alimentación rica en ácido graso Omega 3, presente en pescados, aguacate, aceite de oliva, soya, y linaza, entre otros.
Si bien no existe una rutina de ejercicios que fortalezca esta zona y evite su proceso natural de degeneración, el ortopedista y cirujano de mano aconseja usar dispositivos médicos externos que permitan realizar las actividades propias de la época, como envolver regalos, cocinar cenas, levantar objetos, y hacer las compras de temporada.
“No hay tratamiento milagro ni definitivo frente a la rizartrosis. Lo recomendable es que el paciente acuda al especialista en cirugía de mano, quien reconocerá lo avanzado del padecimiento y determinará el mejor tratamiento, entre el que podría sugerirse el uso de un dispositivo médico”, explica.
Existen soportes creados para restringir el movimiento del pulgar sin perder la funcionalidad de la mano. Un ejemplo es Rhizo Forte, de BSN medical, ideado para auxiliar a los pacientes en su articulación y disminuir el dolor e inflamación. Su diseño, reconocido con el premio Red Dot en 2014 por su calidad e innovación, además de no contener neopreno, látex y costuras cerca de la zona, garantiza un mejor confort y permite el contacto con el agua.
“Mi recomendación es que los pacientes no se desesperen, sobre todo en una época en donde quieren hacer todo tipo de actividades en sus tiempos libres. Hoy las disciplinas médicas ofrecen tratamientos más integrales que, incluso, contemplan el uso de dispositivos médicos más ergonómicos que no sólo disminuyen el dolor sino que permiten llevar una vida con menos dolencia”, agrega el especialista.
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