Reciclar la grasa que se acumula en tu propio cuerpo para reconstruir tus propias mamas, tras una mastectomia o porque ya no deseas llevar más los implantes de silicona que te pusiste cuando eras más joven, es hoy una practica habitual de la cirugía plástica y reparadora que ha visto en el tejido adiposo un maná natural que hace escasos años ignoraba.

La grasa se ha convertido en un material biológico de primera, ya que contiene miles de células madres, que ayudan por sí solas a regenerar la piel y por tanto a “mejorar su calidad”.

los avances de la medicina y la técnica permiten hoy reutilizar la grasa de la paciente para que muestre unas mamas más naturales.

Y conseguir un pecho natural tras la retirada de un implante es hoy posible gracias a la grasa que le sobra a la propia paciente.

Esta grasa se suele obtener del abdomen, muslos y o glúteos.

Volver al origen

Algunas mujeres, especialmente las mayores de 60 años, acuden al especialista hartas de los implantes de silicona que se pusieron de jóvenes y lo que quieren es volver lucir sus pechos sin nada artificial.

Pero también hay demanda de esta retirada, explica el especialista, por parte de aquellas que han sufrido complicaciones postoperatorias, como infecciones, acumulación de líquido, o contracturas capsulares severas.

Otras veces las mujeres piden que les retiren los implantes porque el resultado estético no es el deseado, porque las mamas quedan asimétricas o son de tamaño desproporcionado en relación al resto del cuerpo.

Pero si es un problema de rechazo porque la mujer no se ve con la prótesis implantada ,“entonces es que la indicación primaria ha estado mal hecha o no debería haberse operado”.

“Normalmente se trata de mujeres que han estado mal asesoradas en cuanto a la elección del tamaño de sus implantes y pasado un tiempo deciden retirarlos”.

Son mujeres que se operaron cuando eran mucho más jóvenes y con la edad prefieren un pecho más discreto y no estar pendientes de las revisiones.

Su principal preocupación es volver a tener un pecho natural y estético, “algo que se puede conseguir, tras realizar un exhaustivo estudio personalizado en cada caso”.

Pero se trata de una intervención que “tiene cierto grado de complicación y requiere de un especialista en mamas muy experimentado, para que el resultado sea natural y las cicatrices sean lo más imperceptibles posible”.

A veces el implante provoca una expansión de la piel de la mama, especialmente si era muy grande, así como una pequeña atrofia de la glándula mamaria.

Por esta razón al retirar la prótesis, la mama se queda caída. De ahí la necesidad posterior de reconstruir la mama con la propia grasa del cuerpo.

Reconstruir las mamas: técnicas

El primer paso para la reconstrucción e analizar los tejidos mamarios existentes, comprobar su estado y aprovecharlos para la remodelación de los mismos, técnica denominada mastopexia.

Posteriormente se valorará la necesidad de rellenarlos, para ello, lo más indicado es realizar una lipotransferencia de grasa propia.

Esta técnica, que se conoce también con el nombre de lipofilling, cuenta entre sus ventajas que el pecho “tanto al tacto como a la vista es totalmente natural”.

Además es una técnica que no deja ningún tipo de cicatriz ni en la zona donante ni en la receptora.

Cuando una paciente se plantee someterse a una intervención de cirugía estética debe de estar muy segura y ponerse en manos de un equipo experto.

Este equipo debe saber asesorar sobre la necesidad de la operación y el tamaño de los implantes mamarios más adecuados en función de su cuerpo. Igual de necesario es acudir a un centro que cuente con todas las garantías.

La remodelación de los senos, tras la eliminación de los implantes mamarios, es una intervención que requiere de mucha experiencia, sin embargo la recuperación es relativamente rápida.

La lipotransferencia está también muy aconsejada para las mujeres que han sufrido mastectomía.

Debido al tratamiento oncológico los tejidos mamarios suelen verse afectados y para estos casos se procede a poner prótesis y poner grasa alrededor del implante.

En este caso la grasa del propio cuerpo de la paciente tiene dos misiones, el volumétrico y el de reparación de la piel.

Fuente efesalud.com

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