El cólico nefrítico o cólico de riñón se produce cuando se obstruyen las vías urinarias debido a cálculos o piedras generando «un dolor agudo en el costado, la cintura o en un lateral de la barriga», explican desde el grupo USC urólogos de Quirónsalud Málaga.

El dolor al padecer un cólico nefrítico comienza de forma repentina y brusca, con «una intensidad creciente e intermitente» que se extiende «hacia las ingles o los genitales». Si el cálculo o la piedra que causa el cólico se encuentra próxima a la vejiga podría llegar a confundirse con otra afección como una infección de las vías urinarias, por lo que es necesario acudir a los profesionales sanitarios ante cualquier síntoma característico para que diagnostique la causa.

¿Cuáles son los signos de alerta?

Esta afección provoca un dolor lumbar muy intenso, como si se tratase de un espasmo, «con grandes picos de dolor, acompañado de afectación general, sudoración, náuseas o vómitos», destacan en la Fundación Puigvert, especializada en urología. Este dolor se refleja en la zona inguinal e incluso pueden aparecer «molestias miccionales» si está cerca de la vejiga.

Uno de los signos de alarma principales es el dolor agudo en la zona lumbar.

Además de la obstrucción del riñón, «si existe fiebre de más de 38 °C es muy probable que exista infección de orina, lo cual se denomina pielonefritis obstructiva», aclaran. De esta manera, según el grupo USC urólogos, los signos de alarma principales de un cólico nefrítico serían los siguientes:

  • Dolor muy agudo en la parte derecha, izquierda o ambas de la zona lumbar.
  • Dolor en la zona genital.
  • Dolor o quemazón al orinar.
  • En ocasiones se presenta hematuria, es decir, sangre en la orina.
  • Náuseas o vómitos.
  • Ansiedad.
  • Taquicardia.
  • Sudor frío.

¿Cuáles son los factores de riesgo principales?

La prevalencia de los cólicos en el riñón es similar en hombres y mujeres, y generalmente aparecen entre los 30 y 60 años de edad. Aunque en la mayoría de los casos se debe a cálculos o piedras, sí es cierto que algunas personas tienen una mayor predisposición a padecer este problema, sobre todo si tienen antecedentes familiares, si sufren alguna patología ósea, en el caso de hiperuricemia, si se padecen infecciones de orina frecuentes o si en otra ocasión ha padecido cálculos o cólicos.

Algunos hábitos como beber poca agua contribuyen a su aparición.

Por otro lado, «hay hábitos como beber poca agua, tomar grandes cantidades de lácteos o abusar de laxantes, diuréticos o antiácidos, que podrían provocar un cólico nefrítico con mayor facilidad», detallan los expertos del grupo USC urólogos.

¿Cómo se detecta? ¿Existe tratamiento?

Debido a que las manifestaciones clínicas son claras, el diagnóstico suele ser precoz. Así, en los análisis de orina «aparecen signos microscópicos de sangre (microhematuria)», mientras que la radiografía abdominal y en la ecografía renal y vesical «permiten visualizar dónde se halla el cálculo, sus dimensiones y la repercusión que provoca sobre el riñón», indican en la Fundación Puigvert.

Por tanto, el tratamiento se centra en la detención del dolor que provoca la afección mediante la administración de analgésicos o antiinflamatorios. «En crisis de dolor muy intenso estos fármacos se aplican vía intramuscular o intravenosa», aclaran. En ocasiones es necesario administrar medicamentos para frenar los vómitos y «si el manejo del dolor no responde a los analgésicos debe colocarse un catéter ureteral doble j o una nefrostomía».

Los cálculos son expulsados con facilidad «si se toman medicamentos alfa-bloqueantes tipo terazosina». El tratamiento activo del cálculo se implementa si no es expulsado mediante un procedimiento conocido como litotricia o a través de una cirugía tipo ureteroscopia.

20minutos.es

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