Operación de cirugía estética que consiste en eliminar los depósitos de grasa entre la piel y el músculo consiguiendo una mejora en el contorno corporal de forma mantenida. Es una intervención en la que se aplica la técnica de la liposucción en distintas áreas corporales a la vez con el objetivo de obtener un resultado más armónico y proporcionado en todo el cuerpo. El método utilizado consiste en aspirar cúmulos de grasa corporal localizada.

¿En qué consiste?

La lipoescultura consiste en la supresión de depósitos de grasa del cuerpo a través de tubos metálicos normalmente más finos que los que se utilizan en la liposucción, pues las zonas que el paciente desea tratar tienen menor exceso de grasa que aquellas intervenidas mediante la liposucción. El procedimiento suele llevarse a cabo mediante anestesia local.

¿Para qué sirve?

La principal razón para someterse a este tipo de procedimiento quirúrgico es la reducción de depósitos de grasa difíciles de eliminar mediante el ejercicio y la dieta. Esta operación ayuda a mejorar la apariencia, la confianza y la seguridad mediante la mejora estética del cuerpo. Sin embargo, esta intervención estética no debe utilizarse como sustitutivo de una dieta equilibrada y la práctica diaria de ejercicio.

Procedimiento

Durante la intervención, el especialista y su equipo marcarán las zonas del paciente a ser tratadas y normalmente, los fotógrafos de la clínica en la que sea realizada la operación tomarán fotos para que el paciente pueda comparar el antes y después de la operación. Normalmente, suele anestesiarse el área que se va a tratar y, una vez dormida la zona, se introduce una cánula a través de la cual se inyecta el fluido tumescente, solución que ayudará a eliminar el exceso de grasa de la zona que se retirará a través de otra cánula. Se irá repitiendo este proceso con las distintas zonas que el paciente haya decidido tratarse. Por último, el paciente será transferido a la sala de recuperación. La operación durará entre dos y cuatro horas.

Postoperatorio

Tras la operación el paciente tendrá una sensación de dolor que podrá combatir con analgésicos u otros medicamentos. Durante los dos primeros días tras la operación, el exceso de líquido irá saliendo a través de los poros de la piel. Aunque el fluido tendrá un color rosado, la pérdida de sangre será mínima. La mayoría de los pacientes podrá volver a hacer vida normal en el segundo día. Al terminar la primera semana, el paciente empecerá a sentirse aliviado de los dolores que le han acompañado tras la operación. A las tres semanas los tejidos habrán terminado de cicatrizar.

A las 48 horas solo será perceptible el 70 por ciento del resultado final de esta operación. Un mes tras el procedimiento, la mayoría de los pacientes ya se ha recuperado totalmente de este y a los tres meses, podrán ver el resultado final, aunque este periodo dependerá de la zona del cuerpo.

Efectos secundarios y riesgos

Los efectos secundarios más comunes de esta operación son la sensación de incomodidad y el dolor físico que podrán durar durante varios días, y que pueden prolongarse hasta dos semanas después de la operación.

También son normales las cicatrices, la decoloración y amoratonamiento de la piel, entumecimiento, irregularidades e hinchazones temporales en ciertas zonas.

El doctor no podrá garantizar los resultados exactos de ninguna operación. El propósito realista es la mejora del cuerpo, no alcanzar la perfección, lo que lleva a muchos pacientes a someterse posteriormente a otros tratamientos para obtener mejores resultados. Inicialmente los beneficios de esta operación no podrán admirarse por el proceso de recuperación, especialmente en el abdomen, y podrán tardar hasta seis meses en poder comprobarse totalmente.

Además, la lipoescultura no logra estirar completamente la piel de los pacientes en todas las áreas, por lo que los médicos recomiendan esta intervención a personas que no tengan la piel muy envejecida, o con problemas de sobrepeso. Por otro lado, la lipoescultura no es un tratamiento eficaz contra la celulitis.

Los riesgos de esta operación son los mismos de cualquier otra intervención quirúrgica e incluyen la posibilidad de que el paciente sufra una infección, una reacción alérgica, un hematoma, una trombosis, etcétera.

Historia

Esta forma más refinada de liposucción fue originalmente concebida en 1974 por el doctor Georgiou Fischer de Roma, y posteriormente desarrollada por Pierre Fournier, un médico de familia parisino.

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