Es una técnica quirúrgica mediante la cual podemos operar sin hacer grandes incisiones en la piel.
A través de estos pequeños orificios que van de 3 a 10 milímetros, introducimos una cámara a través de la cual podemos ver en una pantalla externa el órgano que vamos a operar, y por los otros orificios introducimos los otros instrumentos a usar en la cirugía, como son tijeras, porta-agujas, aspiración, entre otros.
Se conoce como una cirugía de mínima invasión en la cual no hay la necesidad de hacer esas grandes cicatrices que habitualmente se realizan en la cirugía abierta.
Esta técnica laparoscópica tiene como ventaja que la recuperación es mucho más corta, más rápido y más confortable para el paciente, y de esta manera puede reintegrarse a sus actividades cotidianas con mayor rapidez y prácticamente sin dolor.
A través de estos pequeños orificios se introduce la insuflación, o lo que es lo mismo el gas (dióxido de carbono) que mantiene el espacio distendido dentro del abdomen para poder tener una buena visión, movilidad con los instrumentos, y de esta manera realizar la cirugía con mayor facilidad.
Esta cirugía generalmente se hace bajo anestesia general.
A continuación mencionaremos las cirugías urológicas que podemos realizar por la técnica de laparoscopia, o sea, sin la necesidad de hacer grandes incisiones:
• Nódulos o tumores de las glándulas suprarrenales
•Tumores de riñón, aquí puede hacerse o nefrectomía radical (extraer todo el riñón), o nefrectomía parcial (se extrae una parte del riñón)
• Quistes renales
• Estenosis de la unión del riñón con el uréter (estenosis pielo-ureteral)
•Nefrectomías para trasplante renal
• Algunas litiasis o piedras de la pelvis renal o del uréter
• Prostatectomía radical por cáncer de próstata
• Varicoceles (várices en el o los testículos)
• Orquidopexias (cuando el o los testículos no han descendido al escroto)
•Cistectomía (extirpación de la vejiga)
• Fístula vesico-vaginal, entre otras
La evolución de la cirugía laparoscópica urológica ha llevado a su incremento cada vez más, debido a que obtienen cicatrices menores, menor trauma quirúrgico, menor dolor en el pos-operatorio, con una mejor recuperación, pero también menor tiempo de internamiento en el hospital, lo que ayuda a que la posibilidad de infección después de la cirugía sea mínima o casi nula, y por último, pero no menos importante, hay que mencionar que desde el punto de vista estético las cicatrices son mucho menores, y de menor visibilidad.
Estas son cirugías que deben ser realizadas por un urólogo que tenga entrenamiento en urología laparoscópica.
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