Un nuevo artículo de El País explora los factores más comunes que desencadenan alergias, un problema que afecta entre el 25 % y 35 % de la población mundial y es especialmente frecuente en países industrializados.
Alérgenos ambientales (inhalados)
Los más frecuentes y asociados a síntomas permanentes o estacionales, son:
Pólenes: transportados por el viento (árboles, gramíneas, malezas). Provocan rinitis y conjuntivitis en primavera o verano.
Ácaros del polvo doméstico: presentes en ropa de cama, tapicerías y colchones. Causan síntomas durante todo el año.
Caspa de mascotas: saliva, piel o pelo de gatos, perros y otros animales, diseminada en el aire.
Hongos ambientales (moho): crecen en ambientes húmedos o cálidos (baños, sótanos), provocan síntomas respiratorios frecuentes.
Alérgenos por ingestión
En niños: alergia a leche, huevo y pescado (3‑8 %).
En adultos: principal causa son frutas, verduras, frutos secos y mariscos.
También pueden aparecer reacciones por contaminación cruzada o parásitos como Anisakis en pescado.
Picaduras de insectos
Las alergias a veneno de avispa o abeja pueden provocar reacciones graves e incluso anafilaxia. Son muy peligrosas debido a la exposición directa al sistema inmune.
También se ha detectado alergia por garrapatas de palomas en entornos urbanos, que puede pasar desapercibida.
Alergia a medicamentos
Constituye hasta el 17 % de los motivos de consulta.
Los más frecuentes en España incluyen penicilinas y antiinflamatorios como ibuprofeno.
¿Por qué aumentan las alergias?
El cambio climático, la contaminación y los cambios en el estilo de vida han incrementado los casos, especialmente de rinitis alérgica y dermatitis atópica.
La teoría de la higiene explica que en ambientes muy limpios el sistema inmune no aprende a diferenciar adecuadamente sustancias inofensivas.
Diagnóstico y prevención
El diagnóstico se realiza a través de la historia clínica y pruebas cutáneas (prick-test o intradérmicas), que identifican alergia a polen, alimentos, insectos o medicamentos.
Para reducir síntomas: limpiar ambientes, usar antihistamínicos o sprays nasales y evitar exposición en días de alto polen, especialmente al amanecer o con viento.
Los alérgenos inhalados (pólenes, ácaros, moho), los alimentos, las picaduras de insectos y los medicamentos son las causas más frecuentes de alergias. El aumento notable de casos exige una diagnosis precisa y medidas preventivas efectivas. Consultar con un alergólogo permite mejorar la calidad de vida incluso en casos crónicos.