Las piedras en los riñones se forman cuándo hay una alta concentración de minerales en la orina llegándose a formar un material sólido muy parecido al de una piedra. Las piedras en los riñones pueden ser de diferentes tamaños y formas. Si es muy pequeña, como un grano de arena, puede que no la sientas y que se elimine por si sola sin causar dolor. Si la piedra crece suficientemente, puede quedarse bloqueada en el sistema urinario y obstruir el flujo de la orina en el sistema urinario y provocar varios síntomas que vamos a ver enseguida.

Según un reciente estudio clínico sobre el tema, hasta 45,7% de los pacientes con piedras en el riñón sería asintomáticos.1 Esto significa que estos pacientes no tienen los síntomas frecuentes provocado por las piedras y no saben que tienen una piedra. Se descubre en general por casualidad con una radiografía.

Sin embargo, la gran mayoría de los pacientes con cálculos renales tienen síntomas muy identificables y en general muy dolorosos:

  • Presencia de sangre en la orina (orina de un color rosado, roja o parecido al color del café), también llamada hematuria.
  • Dolor agudo en la espalda, en el lado, la parte baja del abdomen o la ingle.
  • Necesidad constante de orinar.
  • Dolor al orinar.
  • Incapacidad de orinar o solo poder orinar una pequeña cantidad.
  • Orina turbia o maloliente.

Si tienes algunos de estos síntomas, consulta a un profesional de la salud inmediatamente. El dolor puede durar por un período de tiempo corto o largo y puede ir y venir en oleadas. Junto con el dolor, es posible que tengas:

  • Náuseas
  • Vómito
  • Fiebre
  • Escalofríos

El médico podrá confirmar la presencia de una o varias piedras en tus riñones haciendo una radiografía y analizando la composición de tu orina y de tu sangre.

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