Es un hábito tan arraigado que parece inofensivo: tomar un hisopo de algodón después de la ducha para «limpiar» el oído. Sin embargo, los especialistas en salud son categóricos: esta es una «mala costumbre» que puede tener graves consecuencias en la audición y la salud del oído.
El médico Jorge Tartaglione desmitificó esta práctica en LN+ y detalló los tres grandes riesgos asociados al uso de hisopos, advirtiendo que, lejos de limpiar, están provocando el problema que se intenta resolver.
Los Tres Riesgos del Uso de Hisopos
La función del hisopo es empujar, y es precisamente ese movimiento el que genera las complicaciones más serias:
Riesgo 1: Empujar la Cera y Provocar Sordera (Taponamiento)
El riesgo principal es que el hisopo empuja el cerumen (la cera) hacia el interior del canal auditivo. En lugar de extraerla, la compacta contra el tímpano, creando un tapón duro y profundo.
Riesgo 2: Irritación e Infección
La piel que recubre el canal auditivo es extremadamente delgada y sensible. El movimiento repetitivo del hisopo puede causar micro-raspado o cortes en el canal.
Riesgo 3: Lesiones Graves, Incluyendo Perforación del Tímpano
Un movimiento brusco, un empujón accidental o la simple longitud del hisopo pueden ser suficientes para causar daños internos.
La Cera No es Suciedad: Entendiendo su Función Protectora
Contrario a la creencia popular, el cerumen no es un desecho, sino una sustancia protectora vital.
Según la Dra. Alexandra Quimby, la cera es una barrera natural que protege el oído contra bacterias, hongos, polvo e irritantes. El oído tiene un sistema de autolimpieza natural:
- El movimiento de la mandíbula al hablar o masticar, junto con el crecimiento natural de la piel del canal, ayuda a expulsar la cera vieja y las células muertas hacia el exterior.
- Interferir con este proceso (empujando la cera hacia adentro) altera el equilibrio y detiene la autolimpieza.
¿Cómo Lograr una Limpieza Correcta y Segura?
El especialista es claro: la limpieza debe limitarse a la parte externa.
- Limpieza Externa: Utiliza un trapo o una toalla mojada y suave para secar o limpiar la entrada del canal auditivo después de la ducha. Nunca introduzcas nada más allá de tu dedo.
- Gotas Ablandadoras: Para personas con cerumen seco, se pueden usar gotas para los oídos sin receta que ayudan a ablandar la cera, facilitando su expulsión natural.
- Consulta Médica: Si experimentas dolor, zumbidos, pérdida de audición o sientes un tapón, consulta a un Otorrinolaringólogo. Solo un profesional puede retirar el cerumen de forma segura, mediante un lavado o instrumental especializado, sin poner en riesgo tu tímpano.







