La próstata es una glándula presente en los hombres que se encuentra localizada debajo de la vejiga y que tiende a crecer con la edad, pudiendo oprimir la uretra y causar problemas para evacuar la orina. Puede sufrir infecciones-inflamaciones (prostatitis), crecer (hiperplasia benigna de próstata) o desarrollar cáncer.

La Hiperplasia Benigna de Próstata (HBP), por lo tanto, consiste en el crecimiento benigno de la glándula, proceso que puede afectar a la calidad de vida de los hombres a partir de los 45 o 50 años.

«Se recomienda que entre los 45 y 50 años se lleve a cabo por lo menos una revisión de la próstata», han asegurado los urólogos cualquier síntoma que altere la micción los pacientes acudan a su médico, con el objetivo de esclarecer si padecen algún tipo de patología.

La HBP «es un proceso asociado a la edad que generalmente produce un estrechamiento de la uretra, un hecho que provoca que la vejiga necesite realizar un esfuerzo mayor en el momento de orinar».

Además, «el problema es que esta compresión de la uretra suele ser progresiva provocando cada vez mayor dificultad para orinar». Los expertos han recordado que «llega un momento en el que los hombres necesitan acudir con mayor frecuencia al baño, se tienen que levantar por la noche y deben emplear más tiempo en cada micción, sensaciones muy incómodas que minan la calidad de vida».

Periodicidad en los controles

Popularmente se decía que a partir de los 50 años se debía realizar una revisión anual de la próstata orientada a valorar la presencia o no de síntomas derivados de la HBP, así como a realizar un despistaje precoz del cáncer de próstata. «Enfermedades, que si bien se desarrollan en el mismo órgano y su incidencia aumenta con la edad, no se relacionan entre si de manera directa». «Hoy por hoy se recomienda que entre los 45 y 50 años se lleve a cabo por lo menos una revisión, marcando así la necesidad y periodicidad de los sucesivos controles».

«La introducción del láser ha mejorado mucho el abordaje quirúrgico del HBP», han aseverado los expertos.

Hasta ahora los tratamientos clásicos para la HBP eran, o bien de tipo médico o quirúrgico. La introducción de la tecnología láser ha mejorado mucho el abordaje quirúrgico, aportando un menor sangrado, reduciendo los días de sondaje y la estancia hospitalaria. Destacarían el láser verde entre ellos, dado que «se trata de una cirugía muy limpia que elimina el tejido sobrante de forma eficaz, ideal para pacientes con mayor riesgo de sangrado, pudiendo aplicarse en régimen ambulante o de corta estancia», destacan los especialistas

Recientemente ha aparecido un nuevo tratamiento contra la HBP el llamado Rezum, que «a pesar de que en España lleva poco tiempo empleándose, datos de países como Estados Unidos donde se ha aplicado a cerca de 40.000 pacientes con éxito, animan a su uso». Al mismo tiempo que ha explicado que «no es tan agresivo como una cirugía pero que a diferencia de los tratamientos médicos actúa dentro de la próstata resolviendo de una manera muy poco invasiva las obstrucciones. En este caso se utiliza vapor de agua, que inyectado bajo la visión de una pequeña cámara en diferentes puntos de la próstata, permite que en pocas semanas la uretra consiga un calibre normal». Además, y a diferencia de cualquier tratamiento para la HBP empleado hasta ahora, preserva la eyaculación en prácticamente 90 por ciento de los casos y sus efectos adversos y complicaciones son leves y excepcionales.

redaccionmedica.com

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