La infección de orina está provocada por la invasión de microorganismos en el tracto urinario. Puede producirse por dos vías diferentes: por el extremo inferior de las vías urinarias (abertura en la punta del pene o de la uretra, según se trate de un hombre o de una mujer), que es el caso más frecuente; o bien a través del flujo sanguíneo, en cuyo caso la infección afecta directamente a los riñones.
En definitiva, infección de orina o del tracto urinario son expresiones que engloban diferentes enfermedades infecciosas (producidas por un microorganismo o germen) y que afectan a cualquier parte del sistema urinario (riñón, uréteres, vejiga urinaria o uretra).
Las infecciones del tracto urinario (ITUs) más habituales son las producidas por bacterias, aunque también pueden presentarse a causa de virus, hongos o parásitos. De muchas de ellas es responsable la bacteria llamada Escherichia coli, que normalmente vive en el intestino.
¿Quién puede padecer cistitis?
Cualquier anormalidad que provoque una obstrucción del flujo de orina (piedras en el riñón, estructuras anómalas, etcétera,) puede inducir a una infección urinaria.
Una próstata dilatada puede frenar el flujo de orina, por lo que incrementa el riesgo de infección.
Las personas sometidas a exámenes mediante tubos o catéteres o que necesitan sondas pueden desarrollar más fácilmente infecciones procedentes de dichos instrumentos.
Los mayores se ven afectados por este tipo de infecciones con mayor frecuencia, así como las que sufren una disminución del sistema nervioso, que les impide controlar la vejiga a voluntad.
Por otra parte, cualquier desorden que produzca una supresión en el sistema inmune incrementa el riesgo de sufrir una infección urinaria, ya que este sistema es el encargado de mantener a raya los microorganismos patógenos responsables de las infecciones.
También se dan en bebés nacidos con alguna deformación del tracto urinario, que a menudo han de ser corregidos mediante cirugía.
¿Qué prevalencia tiene la infección de orina?
Tal y como señalan especialistas, las infecciones del tracto urinario en general, y las que afectan a la parte inferior de la vía urinaria en particular (cistitis), son la segunda causa en importancia de las infecciones atendidas en Atención Primaria, después de las respiratorias.
Existen diversos factores que inciden en la aparición de las infecciones urinarias y son variables en función de la edad y sexo:
En mujeres jóvenes: las causas más comunes son la existencia de antecedentes de ITUs en la madre, el uso de espermicidas y tras mantener relaciones sexuales.
En mujeres postmenopáusicas: son frencuentes en aquellas que tienen antecedentes de ITUs previas en la edad fértil.
En varones jóvenes: las infecciones de orina son poco frecuentes y si aparecen, es en relación con la actividad sexual.
En los hombres mayores de 50 años: a causa más frecuente es una infección bacteriana persistente en la próstata.
En ambos sexos y mayores de 80 años: tiene un gran impacto que estén hospitalizado, institucionalizado o sean portadores de sondas permanentes de orina.
Por otro lado, existen alteraciones del flujo urinario en situaciones como en el embarazo, en casos donde haya malformaciones del aparato urinario o si el paciente tiene ciertas enfermedades (diabetes, cánceres, enfermedades neurológicas, etc.) que predisponen o agravan las infecciones del tracto urinario.
En verano suelen aumentar los casos de cistitis debido a la sudoración y los baños en piscinas y playas porque favorecen la humedad de la zona genital, lo que facilita la proliferación de microorganismos.
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