Durante mucho tiempo se ha creído que el humo del cannabis es menos dañino que el del tabaco. Sin embargo, una reciente investigación liderada por el Dr. Matthew Springer, de la Universidad de California en San Francisco, desmonta ese mito y advierte sobre sus efectos en la salud vascular.
¿Qué descubrieron los científicos?
El estudio, realizado entre 2021 y 2024, evaluó a 55 adultos sanos entre 18 y 50 años. Se dividieron en tres grupos: fumadores de cannabis, usuarios de comestibles con THC y no consumidores. Se analizaron sus vasos sanguíneos mediante una prueba llamada dilatación mediada por flujo (FMD), un indicador clave de la salud endotelial, y se midió también la producción de óxido nítrico en células expuestas a su sangre.
Resultados clave:
La capacidad de dilatación de los vasos fue significativamente menor en los consumidores de cannabis.
Fumadores: 6%
Usuarios de comestibles con THC: 4,6%
No consumidores: 10,4%
La producción de óxido nítrico, esencial para la función vascular, también fue más baja en quienes usaban cannabis.
¿Qué significa esto?
Tanto fumar cannabis como consumir THC por vía oral están asociados con una función vascular deteriorada, similar a la observada en los fumadores de tabaco. Esto indica un riesgo potencial para enfermedades cardiovasculares, aunque los mecanismos biológicos podrían ser distintos.
Un llamado a la precaución
Estos hallazgos refuerzan la importancia de considerar los riesgos vasculares del cannabis, especialmente ante su creciente legalización y normalización. La percepción de seguridad no siempre coincide con la evidencia científica.