Existen distintos factores de riesgo que favorecen la aparición de disfunción eréctil. La patología urológica puede afectar a la calidad de la erección. De hecho, la próstata puede originar dicho problema, bien por neoplasia o por algunos de sus tratamientos.

A modo de ejemplo, cabe destacar el tratamiento del cáncer de próstata que puede derivar en ocasiones en disfunción eréctil. Este escenario se puede contemplar tanto con la radioterapia como con la cirugía radical, ya que la disfunción eréctil puede aparecer como efecto secundario.

En cuanto a la patología benigna, el tratamiento con 5-ARI ha demostrado, en ocasiones, producir disfunción eréctil, así como el tratamiento alfa-bloqueante, aunque en menor medida.

La enfermedad de Peyronie puede dar lugar a disfunción eréctil, tanto por dolor asociado a la curvatura como por imposibilidad de penetración, que puede generar depresión y, debido a ello, disfunción.

El priapismo presenta una alta tasa de disfunción eréctil, por el tiempo que transcurre entre que el paciente presenta el cuadro y acude al hospital o por el tratamiento en sí.

Problemas endocrinológicos

Entre los factores de riesgo de la disfunción eréctil, también hay que mencionar la patología endocrinológica. La diabetes induce daño en el mecanismo eréctil desde dos frentes; uno es el neurológico, neuropatía periférica, y el otro, el vascular con afectación de pequeños vasos.

En este contexto, hay que comentar que la hipercolesterolemia facilita el desarrollo de placas ateroscleróticas en vasos pequeños y medianos, afectando principalmente a arterias cavernosas e impidiendo un adecuado llenado vascular, lo que da lugar a una erección insuficiente.

El hipogonadismo se ha relacionado con la disfunción eréctil al alterar la concentración de testosterona en sangre y su forma libre. De hecho, es un tratamiento ampliamente establecido administrar suplementos de testosterona a un paciente que presenta síndrome de déficit de testosterona para mejorar su función eréctil.

Problemas vasculares

La causa vascular es la más frecuente dentro de las orgánicas de la disfunción eréctil. Los factores de riesgo vascular más frecuentes son el tabaquismo, la HTA, la diabetes, la dislipemia y la obesidad.

La DE en un síntoma predictor de la ECV. La disfunción endotelial es la vía en común entre estas dos patologías, estando presente desde etapas precoces de la enfermedad hasta el desarrollo de la placa arterial.

La DE es un predictor independiente del desarrollo de ECV.

En pacientes con estos factores de riesgo, la probabilidad de presentar un accidente arterial agudo se multiplica por tres si además, el paciente tiene disfunción eréctil, por lo que en estos pacientes, además de por mejorar su vida sexual, es importante cambiar los factores de riesgo, dado el alto riesgo de presentar a corto y medio plazo un evento cardiaco.

Disfunción eréctil por lesión medular

Desde el punto de vista neurológico, cualquier alteración de las vías o centros nerviosos implicados en la erección puede dar origen a la disfunción eréctil.

En los pacientes con lesión medular, los efectos de la ausencia de estímulo vegetativo en la región pudenda se traducen en alteraciones en la función eréctil. Se trata de pacientes que responden bien a tratamiento local con prostaglandina.

El daño sobre los nervios periféricos va empeorando progresivamente la inervación vegetativa, provocando efectos irreparables sobre la función eréctil en pacientes con enfermedades neurodegenerativas.

Disfunción eréctil neurógena de origen central
Entre las posibles causas de disfunción eréctil neurógena de origen central estarían

  • Esclerosis múltiple.
  • Enfermedad de Parkinson.
  • Epilepsia.
  • Accidentes cerebrovasculares.
  • Alzheimer.
  • Traumatismos craneoencefálicos.
  • Disfunción eréctil de origen periférico

Tras una cirugía pelviana, ya sea cistectomía, prostatectomía o cirugía oncológica sobre recto, o por radioterapia en dicha zona empeora la inervación de la zona y provoca una disfunción eréctil irreversible, con buena respuesta a tratamiento local.

Relación bidireccional

La depresión y la disfunción eréctil están relacionadas de forma bidireccional. En ocasiones, la depresión produce una disminución del apetito sexual, lo que conlleva la aparición de disfunción eréctil y también puede ocurrir que un paciente con disfunción eréctil acabe en depresión.

A esto hay que añadir que uno de los efectos adversos de algunos tratamientos antidepresivos sea la disfunción eréctil.

Educación sexual

La falta de educación sexual, las técnicas sexuales deficientes y relaciones interpersonales inadecuadas son aspectos muy importantes que se deben evaluar en los pacientes con disfunción eréctil.

Los niveles de estrés derivados también son perjudiciales para la pareja, por lo que puede conllevar una disfunción sexual.

La terapia de pareja supone una herramienta fundamental e imprescindible para el tratamiento de estos pacientes.

La edad por sí misma no causa disfunción eréctil. Sí que es cierto que a mayor edad, mayor es la probabilidad de que haya comorbilidades o tratamientos farmacológicos que provoquen disfunción eréctil.

El ejercicio físico, una dieta equilibrada y hábitos saludables conducen a llegar a etapas tardías de la vida con una tasa muy baja de disfunción eréctil.

El diagnóstico y tratamiento de la DE proporcionan una excelente oportunidad para mejorar la calidad de vida del paciente que la padece. Dado que se trata de una patología de etiología multifactoial.

elmedicointeractivo.com

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