La espondilitis anquilosante (EA) es una enfermedad inflamatoria crónica que afecta principalmente a la columna vertebral y las articulaciones sacroilíacas. Aunque suele comenzar en la juventud, con frecuencia pasa años sin diagnóstico, lo que puede llevar a complicaciones irreversibles si no se trata a tiempo.
¿Qué es la EA?
Es un tipo de espondiloartritis axial, también llamada seronegativa por su característica de mortalidad al factor reumatoide. La enfermedad se inicia con inflamación de las articulaciones sacroilíacas y vertebrales, y puede progresar hasta provocar fusión ósea, generando una columna rígida o en “forma de bambú” .
Síntomas clave
Dolor lumbar crónico, especialmente nocturno y al despertarse
Rigidez prolongada al levantarse (>1 hora)
Mejoría del dolor con ejercicio y empeora en reposo
Fatiga crónica en casi la mitad de los casos
Puede presentar entesitis, artritis periférica y afectación extraarticular (uveítis, enfermedad inflamatoria intestinal, psoriasis)
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico combina criterios clínicos y estudios de imagen:
Dolor inflamatorio de al menos 3 meses de evolución
Antígeno HLA-B27 positivo en muchos pacientes
Radiografía o resonancia magnética con signos de sacroiliitis
El diagnóstico temprano es crucial para evitar deformidades y pérdida de movilidad.
Tratamiento actual
El abordaje terapéutico incluye:
1. AINES: primera línea para aliviar síntomas
2. Fármacos modificadores (biológicos y JAK):
Inhibidores de TNF-α (ej. adalimumab)
Inhibidores de IL-17A (secukinumab, ixekizumab)
Inhibidores de JAK (tofacitinib, upadacitinib) aprobados para casos resistentes
3. Fisioterapia y ejercicio para mantener movilidad y postura
En casos avanzados: cirugía correctiva en columna o artroplastia de cadera.
¿Por qué detectar la EA a tiempo?
Mejora los resultados funcionales
Disminuye la progresión hacia deformidad
Permite un tratamiento personalizado según manifestaciones articulares, oculares e intestinales