La pandemia del COVID-19 ha llevado a un aumento en la limpieza en los hogares, ya que las personas intentan mantener el virus a raya desinfectando cada centímetro. Aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió temprano que el virus podía propagarse a través de superficies contaminadas, las investigaciones posteriores concluyeron que las superficies presentaban un bajo riesgo de transmisión de enfermedades. Pero, ¿realmente ayuda la limpieza profunda a prevenir infecciones y protegernos de enfermedades? Según los expertos, hay que tener cuidado de no confundir limpieza con buena higiene.

La limpieza se trata de lograr una apariencia del área para que se vea limpia, mientras que la higiene se trata de protegerse de los microbios dañinos. La higiene implica una serie de acciones que se llevan a cabo cuando es necesario, en lugar de hacerlo en un momento prescrito. Todos deberíamos practicar una «higiene específica» en nuestra vida diaria y reconocer cuándo es probable que se propaguen los microbios que son dañinos, como cuando manipulamos alimentos crudos, usamos el baño, tocamos mascotas, nos sonamos la nariz o tiramos basura.

La investigación señala que ensuciarse puede proporcionar muchos beneficios importantes para la salud, como la exposición temprana a una gama más diversa de microorganismos que ayudan a regular el sistema inmunológico. Es importante entender la diferencia entre limpieza e higiene para una buena salud.

Es importante tener en cuenta que, aunque una limpieza profunda y constante puede reducir la cantidad de microbios en un área, esto no siempre garantiza que se evite la propagación de enfermedades. Es necesario tener una buena higiene, que incluye una serie de medidas específicas para prevenir la transmisión de patógenos.

Entre estas medidas, se encuentra el lavado de manos con frecuencia, especialmente después de ir al baño, antes de comer y después de tocar objetos que puedan estar contaminados. También es importante mantener los espacios bien ventilados y evitar tocarse la cara, ya que esto puede transmitir gérmenes.

Otro aspecto clave de la higiene es prestar atención a la forma en que se manipulan los alimentos, asegurándose de que estén bien cocidos y evitando la contaminación cruzada entre alimentos crudos y cocidos. También es importante lavar bien las frutas y verduras antes de consumirlas.

Además, es fundamental tener en cuenta que la exposición a ciertos microbios puede ser beneficiosa para la salud, ya que ayuda a fortalecer el sistema inmunológico y prevenir enfermedades autoinmunitarias y alérgicas. Por lo tanto, no siempre es necesario limpiar en exceso y eliminar todos los microbios de nuestro entorno.

En conclusión, es importante comprender la diferencia entre limpieza e higiene y practicar hábitos saludables de higiene en nuestra vida diaria para prevenir la propagación de enfermedades. Además, es importante reconocer que no todos los microbios son dañinos y que la exposición a ciertos microbios puede ser beneficiosa para nuestra salud.

Fuente consultada: BBC

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