l.Un equipo investigador de la Universidad de Harvard ha dado un paso relevante en la búsqueda de soluciones para el Alzheimer. Su estudio, publicado en Nature, revela que la deficiencia de litio en el cerebro podría impulsar el progreso de esta enfermedad, y que su administración podría incluso revertir sus efectos en modelos animales.
Principal hallazgo
Utilizando avanzadas técnicas de espectroscopia de masas, los científicos analizaron decenas de metales —como sodio, calcio y magnesio— en tejido cerebral y sangre de individuos sanos, con deterioro cognitivo leve y con Alzheimer avanzado. El litio fue el único elemento que mostró una disminución significativa en los primeros estadios del Alzheimer.
Hallazgos en modelos animales
Para confirmar su importancia, los investigadores administraron orotato de litio (una formulación menos tóxica) a ratones con características similares al Alzheimer. El resultado fue notable: se detuvo el avance de lesiones neurodegenerativas, mejoró la memoria y se observó reversión de los deterioros cognitivos, incluso en animales mayores y afectados.
Advertencias del estudio
Pese al optimismo, los autores hacen énfasis en la necesidad de avanzar con cautela. Recordaron que estos descubrimientos aún no han sido probados en humanos y que no se debe consumir litio sin supervisión médica, pues podría ser peligroso.
Reacciones de la comunidad científica
Especialistas como Jordi Pérez-Tur y Marc Suárez-Calvet, vinculados al Centro de Investigación del Alzheimer en Barcelona, coincidieron en la relevancia del hallazgo —que integra evidencias sobre la relación entre el litio y los procesos patológicos— y subrayaron la necesidad de ensayos clínicos controlados en humanos para validar seguridad y eficacia.
¿Qué sigue?
Ensayos clínicos en humanos que permitan evaluar si el litio —especialmente en microdosis o formulaciones seguras como el orotato— puede efectos neuroprotectores o terapéuticos reales.
Establecer dosis seguras, eficacia comparativa y posibles riesgos.
Ver si la deficiencia de litio podría eventualmente usarse como biomarcador precoz para detectar personas en riesgo.
Este estudio supone un avance prometedor y una nueva línea de investigación en Alzheimer al situar al litio —un elemento que el cuerpo produce en pequeñas cantidades— en el centro de un posible mecanismo protector. Aunque aún no hay evidencias clínicas en humanos, el hallazgo da pie a una nueva dirección terapéutica que podría, en el futuro, transformar el abordaje de esta enfermedad devastadora.