¿Puede un ser humano volverse inmune al veneno de serpiente? Tim Friede, un apasionado de los reptiles, ha pasado casi dos décadas probando que sí. Y su historia está ayudando a la ciencia a dar pasos importantes hacia un antídoto universal.

En Wisconsin, EE. UU., Tim Friede ha dejado que serpientes como mambas negras, cobras de agua y taipanes lo muerdan cientos de veces. No por accidente, sino por elección. Su motivación: desarrollar inmunidad al veneno de serpiente y, con ello, aportar al desarrollo de tratamientos más eficaces.

Desde joven, Friede se sintió fascinado por los reptiles. En lugar de limitarse a observarlos, comenzó a inyectarse pequeñas dosis de veneno. A medida que su tolerancia crecía, decidió exponerse directamente a mordeduras. El objetivo: forzar a su sistema inmunológico a producir anticuerpos potentes.

Hoy, investigadores de la Universidad de Columbia y la empresa Centivax estudian su sangre, que ha generado anticuerpos únicos. Un estudio reciente publicado en la revista Cell identificó dos anticuerpos que neutralizan veneno de varias especies de serpientes, un avance que podría revolucionar los antídotos.

¿Por qué es tan importante?

Cada año, más de 110.000 personas mueren por mordeduras de serpiente en el mundo, según la OMS. Los antídotos actuales son costosos de producir, específicos para ciertas especies y pueden causar reacciones adversas.

El descubrimiento en la sangre de Friede abre la posibilidad de un tratamiento más amplio, humano y universal, aunque aún falta mucho camino: las pruebas en humanos están a años de distancia, y por ahora, los ensayos se han hecho en ratones.

Un experimento extremo con un mensaje claro

Aunque su historia suena como de película, Tim Friede advierte claramente: “No lo hagan”. Su cuerpo ha soportado lo impensable, incluso ha perdido parte de un dedo por una mordida grave.

Pero gracias a su sacrificio, la medicina podría contar con una nueva arma contra uno de los problemas de salud más olvidados del mundo.

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