Una disfunción sexual es una enfermedad que cualquier persona puede padecer. Básicamente, son problemas en la respuesta sexual del ser humano que impiden el desarrollo de una vida íntima plena, sana y satisfactoria.

Cabe señalar que estas no sólo afectan la salud integral y la autoestima de quien la sufre, sino que también repercute en su relación de pareja.

Las disfunciones sexuales más comunes son la disfunción eréctil, la eyaculación precoz y el bajo deseo sexual. En esta nota derribaremos algunos mitos sobre estas patologías.

Disfunción eréctil

Equivocadamente, las disfunciones sexuales masculinas están asociadas a una franja etaria. Es así como muchos ligan la disfunción eréctil a los adultos o personas mayores. Los especialistas cuentan que “si bien su aparición puede aumentar en un 50% a los 40 años y en un 67% a los 70, esta patología no es propia de la tercera edad. Se estima que el 10% de los hombres entre 18 y 40 años presenta algún grado de esta patología”.

Otra invención es creer que la disfunción eréctil obedece únicamente a factores psicológicos. Esto, por supuesto, es falso. El 90% de los casos son causados por factores orgánicos, en su mayoría relacionados con una mala circulación sanguínea. Enfermedades como la diabetes, la hipertensión, el colesterol elevado, la obesidad, el alcoholismo, la adicción a drogas y el tabaquismo, entre otras, son enfermedades que entre sus efectos provocan problemas importantes en la erección.

La disfunción eréctil y el deseo sexual no siempre van de la mano. Es normal que la pareja de quien padece de la popularmente conocida “impotencia”, sienta que no la desean y lo tome como algo personal, pues algunos hombres, avergonzados por los constantes fracasos en su erección, suelen eludir o evitar la relación sexual; sin embargo, esto no significa que no sienten apetito o no deseen a su amante, es su organismo el que no es capaz de responder al estímulo sexual, no sus ganas.

Eyaculación precoz

En esta disfunción, y retomando el tema de la edad, también son muchos quienes creen que la eyaculación precoz es una patología que solo les ocurre a los jóvenes. El doctor De Armas es enfático en señalar que “si bien es muy común en adolescentes, donde el estrés y la ansiedad del desempeño sexual juegan un papel determinante, esta disfunción puede presentarse en cualquier momento de la vida sexual del hombre, independiente de su edad”.

Un dato extra: se estima que en un universo de hombres sexualmente activos entre los 17 y los 70 años, 1 de cada 3 carga en silencio con esta disfunción. Este número no es menor si se considera que de ese porcentaje, son muy pocos quienes acuden a una clínica sexual para tratar su problema.

Otro mito es relacionar la eyaculación precoz con la infertilidad. La realidad es que la eyaculación precoz no tiene ninguna relación con ser estéril y tampoco el estéril es necesariamente un eyaculador precoz. Esta disfunción sexual es un problema en el cual el hombre no tiene control sobre el reflejo de la eyaculación, mientras que la esterilidad es una enfermedad mucho más compleja y de origen fisiológico.

Falta de deseo sexual

La falta de deseo sexual es una patología que erróneamente solo se les atribuye a las mujeres. Hoy sabemos que eso no es así. Un número importante de hombres padece de libido baja o, derechamente, de inapetencia sexual. Y no es que antes no existiera este problema, el asunto es que cada vez los hombres están más abiertos a admitir que ellos no siempre tienen ganas.

Por esto, es una equivocación creer que el hombre siempre está dispuesto al sexo. Todo dependerá del contexto en que se lleve ese encuentro sexual, su autoestima, la confianza, el nivel de atracción por su pareja, el estado de su relación, la etapa de la vida en que se encuentre y un sinfín de causas multifuncionales, que al igual que a las féminas, a ellos también les afectan.

Por otro lado, el bajo deseo sexual no se salva del mito “entre más edad, menor es el deseo”. Y viceversa. Tajantemente, no existe ninguna relación entre los años de un hombre y su apetito sexual. “Uno de 18 puede no sentir deseo debido al estrés o miedo que le provoca un encuentro sexual, así como uno de 60 puede tener su vida tan resulta que el deseo es algo que ha ido incrementando a medida que pasa el tiempo”, comenta el doctor De Armas.

También es muy común creer que las bebidas alcohólicas mejoran el deseo sexual, que al estar bajo los efectos del alcohol el rendimiento sexual será mayor, que desinhibirse hace que la libido suba; sin embargo, es todo lo contrario. El alcohol adormece los sentidos y algunas funciones del cerebro, génesis de donde nace el deseo sexual.

Datos anexos

Para que la disfunción eréctil, la eyaculación precoz y la falta de deseo sean efectivamente problemas sexuales, deben ser recurrentes en el tiempo. Es normal que algunas veces se tengan problemas de erección, se eyacule con anterioridad a lo deseado o no se tengan ganas de tener sexo. Si esto ocurre a veces, no hay que alarmarse. Ahora si te pasa constantemente, es momento de buscar orientación médica sexológica, ya que todas se pueden mejorar o corregir, eso dependerá de cada caso.

Como consejo, creemos importante que sepas que la disfunción eréctil, la eyaculación precoz o la falta de deseo no son sólo problemas masculinos. Si bien técnicamente es así, en la práctica son enfermedades que afectan a la pareja hasta el punto de poder dañar o ser causantes para terminar con la relación.

Por esta razón, es de suma importancia que el hombre no viva ninguna de estas disfunciones sexuales en silencio, sino que se apoye en su pareja y busquen juntos la ayuda médica necesaria, idealmente en una clínica sexual. Solo aquí encontrarán la solución profesional que ambos necesitan.

biobiochile.cl

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