Hay ocasiones en las que se pierde una cantidad muy grande de peso y, además, en muy poco tiempo. “Esta es una situación cada vez más frecuente, pues por un lado nos encontramos con muy malos hábitos alimentarios ya desde la infancia en tantísimos casos, unidos a un cambio en las actividades del ocio cada vez más sedentario incluso en niños, tanta comida preparada, el no comer en casa… que conducen a que un porcentaje bien alto de la población, también en niños y adolescentes, muestren sobrepeso (recordemos, es sobrepeso a partir de un 25 de IMC, y obesidad por encima de un 30 de IMC). Y, por otro lado, los cánones de belleza y la sobreexposición en redes sociales preconizan estar muy delgados, denostando cualquier sobrepeso aunque sea mínimo. Lo del sobrepeso es ya un problema sanitario de primer orden. Esto hace que tanta gente, desde muy joven, emprenda dietas a veces mal llevadas (otras veces sí que cambian bien los hábitos) y se ponga a hacer mucho deporte para perder peso, y no es raro que chicos o chicas en la veintena nos refieran que han perdido mucho peso, diez, veinte, incluso muchos más kilos. Y a veces en varias ocasiones”, nos comenta la Dra. Maritina Martínez Lara, cirujano plástico y Vocal de Ética e Intrusión de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE).

Pero es que desde la SECPRE añaden que también han aumentado mucho las cirugías bariátricas, cada vez menos invasivas por el recurso a la laparoscopia que ha reducido enormemente la morbilidad de estas cirugías, y que varían desde las sencillas como el balón intragástrico, a las plicaturas o bandas gástricas, y ya hasta los bypass que tienen mayor complejidad (y eficacia si hay franca obesidad). Esto hace que cada vez haya más pacientes que han perdido peso de forma masiva, y no les queda entonces otra que reducir esos tejidos con cirugía plástica.

Flacidez y pérdida de elasticidad

Y es que con esas grandes pérdidas de peso, podemos encontrarnos con ‘daños colaterales’, como puede ser la aparición de problemas de flacidez en la piel, tal y como apuntan desde Clínica Opción Médica. En algunos casos, mediante la práctica de ejercicio constante se puede llegar a conseguir tensar la piel con el paso de los meses e incluso años. Sin embargo, como decíamos, en otros muchos casos la única solución es la cirugía estética, ya que se presenta como la forma más rápida y eficaz para eliminar el tejido sobrante que se acumula después de una gran pérdida de peso.

“Las pérdidas de peso dejan huella, de hecho, incluso pérdidas de 4-5 kilos si son repetidas o si tienen mala piel pueden dejar huella. Y pérdidas por encima de los veinte kilos siempre van a dejar su secuela en forma de flacidez o pérdida de elasticidad en una o varias partes del cuerpo, mayor o menor según la genética, edad, episodios de cambio de peso, embarazos, hábitos…”, apuntan las expertas.

¿Dónde dejan huella los cambios de peso?

Las doctoras nos cuentan que es muy variable, en la cara a partir de ciertas edades, en el pecho en la mayoría de las mujeres (a menos que lo tuvieran muy pequeño, en cuyo caso sólo se vacía, pero no caerá), en abdomen, brazos, muslos, glúteos, espalda… Ni todas estas personas que han perdido tanto peso querrán hacerse cirugías ni las solicitarán o necesitarán en todas estas áreas. Pero si la pérdida ponderal supera cifras tipo 30-40 kilos, sin duda, casi todas las áreas corporales lo van a acusar, a menos que tengan una genética envidiable.

“Al perder tanto peso se reduce considerablemente el panículo adiposo, pero en cierto momento, si es mucha pérdida o si la piel no es excelente en cuanto a elasticidad o capacidad de retraerse tras la pérdida de volumen, la piel no se retraerá al mismo nivel, quedando en exceso, flácida, descolgada, adelgazada, según los casos. Y el contorno facial o corporal no será el deseado o esperado. En casos de poca flacidez hay tratamientos médicos, conservadores, que pueden ayudar, pero si el exceso es importante ya sólo la cirugía podrá ayudar. Es muy frustrante para quien ha perdido peso con tanto esfuerzo, pero la naturaleza, nuestro cuerpo y las características de nuestra piel son así. Cierto es que la ganancia en salud es innegable, y siempre compensa pues lo primero es estar sanos, y el sobrepeso no trae más que enfermedades”, añaden.

las que son las cirugías más habituales que se llevan a cabo tras una gran pérdida de peso. Así, nos explican que sin duda la más demandada es la cirugía de elevación mamaria o mastopexia, seguida por la del abdomen o abdominoplastia.

Mastopexia significa elevación mamaria, la corrección del pecho caído. El pecho es casi lo que más se daña o perjudica con los cambios de peso, incluso los de pocos kilos. «Cada vez vemos en las consultas más chicas con veintipocos años con el pecho caído cuya corrección pasaría por una mastopexia, aunque realizamos mastopexias desde estas edades hasta en pacientes de más de sesenta años, pues a veces el descolgamiento va mucho más allá de la estética, causando importantes problemas funcionales», nos cuentan.

Esta intervención requiere cicatrices, pues conlleva resecar piel (y a veces también tejido mamario) para elevar la areola, estrechar o reconformar la mama, recoger la glándula descolgada. Nos indican que las cicatrices en casos muy muy pequeños podrían ser periareolares. pero lo habitual es que también sean verticales e incluso horizontales a modo de una T invertida, en función del exceso tisular. Muchas veces se asocian con implantes mamarios, en el caso de que se quiera añadir volumen o para mejorar la forma si hay mucha ptosis (caída, descenso). Si el pecho está muy descolgado y pesa, es buena idea reducir glándula, aunque suponga asociar implantes. Hay varias opciones que deben barajarse con cada paciente.

“Me gustaría dejar claro que ninguna cirugía de mastopexia va a evitar que en el futuro no pueda volver a descender la mama. Los resultados durarán mas o menos en virtud de la calidad de los tejidos en esa paciente, de la cantidad de glándula que tenga, de la edad, de los cambios corporales…. La variabilidad es tremenda, pero la ley de la gravedad es universal. Las pacientes tienen que cuidarse y evitar seguir teniendo cambios de peso. Y nunca nos cansaremos de recordar que, en caso de poner implantes mamarios, éstos deben revisarse periódicamente, y no olvidar que nada es para siempre, tampoco las prótesis, con lo que en algún momento precisarán recambiarse”, apunta la doctora Martínez Lara.

Abdominoplastia

Es la segunda cirugía más frecuente tras pérdidas importantes o masivas de peso. De hecho, si la pérdida ha sido muy grande, tipo más de 40 kg (y no digamos si es aún mayor como en el caso de pacientes sometidos a cirugía bariátrica), casi la mitad de los pacientes prefieren operarse primero el abdomen. Todos los pacientes que han perdido peso de forma masiva precisarán una abdominoplastia, más o menos extendida, con frecuencia circunferencial para tratar el exceso en costados y en parte baja de la espalda o en glúteos. Y esto por igual hombres y mujeres. Y es que ese abdomen caído, péndulo, con esos pliegues y esa debilidad de la pared suponen un verdadero problema para ellos, no es estética, es algo incapacitante…

Siempre se repara cuando se hace una abdominoplastia la pared muscular, que queda muy laxa tras esa pérdida de grasa también interna o visceral siempre presente en el sobrepeso importante. Esto se realiza con una plicatura de los músculos rectos del abdomen para volver a hacer una faja muscular con ellos.

Brazos

Aquí podemos tener tanta laxitud que parecen brazos alados, las temidas alas de murciélago, y los corregimos con lo que llamamos un lifting braquial, estiramiento de los brazos, que normalmente se combina con liposucción si lo necesita para adelgazar más la piel, y poder hacer la suficiente resección para que quede el brazo lo mejor posible. La cicatriz más habitual es la longitudinal por dentro, que va de la axila hacia el codo, así es más fácil ocultarlo, y existe otra cicatriz horizontal, pero esta mejora un poco cuando hay un descolgamiento leve, pero no adelgaza el brazo como la descrita anteriormente.

«A veces la cicatriz en la axila se puede elongar hacia la mama, para seguir con la elevación de la misma y a su vez retirar piel del costado entre la mama y la espalda. Son cirugías con muchas cicatrices estratégicamente escondidas, pero que se encuentran, hacemos un vestido a medida», nos cuentan.

Muslos

Otra cirugía muy habitual es la de los muslos, sobre todo la parte interna de los mismos, que tiene una piel fina, con mucha propensión a la laxitud en cuanto se pierde peso, arrugas, estrías de la zona, así que lo que se hace es un lifting crural o un estiramiento crural, a ese nivel. Y como en los brazos, puede efectuarse de manera horizontal, solo en la ingle, cuando es poco el descolgamiento, y vertical que va de la zona inguinal hasta la rodilla por la parte interna, que también puede combinarse con liposucción como en los brazos.

Las expertas apuntan que siempre logramos mejor resultado cuando hacemos la cicatriz más larga porque podemos adelgazar más la zona. El postoperatorio es un poco incómodo, porque no se puede sentar durante unos días.

Glúteos

Tras una pérdida de peso grande, podemos encontrarnos con glúteos laxos, caídos, arrugados, con piel en la parte inferior y también en la superior que se prolonga en los flancos. Hay diferentes cirugías dependiendo de la zona que esté más afectada. Si es en la parte inferior de la espalda y superior del glúteo se hace una resección de tejido, llegando hasta los flancos, de cadera a cadera con una cicatriz que quedaría en el borde de la braguita o el slip, para levantar el glúteo y eliminar los flancos. Es una intervención que se llama flancoplastia, y que se puede combinar con una abdominoplastia, que es una cirugía de contorno, llamado Body lift, en la que se tratan abdomen y glúteos.

Si solo es un poco de piel en la parte inferior del glúteo, se puede hacer una resección directa, o en alas de mariposa, pero por lo general, lo que mejor va es la primera indicación. Esta se puede combinar con un colgajo para rellenar los glúteos del propio tejido del paciente, y así conseguiremos un aspecto más redondeado de ese glúteo, o con una prótesis glútea si quiere mayor volumen.

«Podemos hacer diferentes combinaciones según la necesidad del paciente, como los flancos y los muslos, pero se le aconseja que vaya por partes, porque son cirugías largas, tiene que estar muy bien metabólicamente, para ser intervenido, y son postoperatorios delicados. Mejor por partes y así puede cicatrizar mejor con menos esfuerzo», explica n.

Zona facial

La zona facial también puede verse afectada, sobre todo si son pacientes de más edad, a partir de los 40. Si es antes, puede ser que, dependiendo de su elasticidad, retraiga bien y no requiere en ese caso ninguna corrección.

Aquí podríamos corregir con dos cirugías:

-Si se han quedado muy delgados, pero no hay piel muy laxa que haga una papada o mejillas de perro, podríamos solo intentar con la grasa que puede quedar, rellenar las zonas más afectadas por ese adelgazamiento, se llama lipofilling o injerto de grasa en zona facial.

-Y otra sería tener muy caída la mejilla y la piel del cuello, que nos dé un aspecto muy envejecido y aquí necesitamos un estiramiento facial o un lifting, que sería el tratamiento de la piel y de los músculos faciales para reponerlos como estaban antes, con cicatrices en la zona preauricular y detrás de la oreja, para que queden lo más disimuladas posible. Es una cirugía muy agradecida como todas las demás, con una mejora notable para la paciente o el paciente.

«Son cirugías en las que generamos unas cicatrices, porque hacemos un traje a medida. Hay métodos para disimularlas, pero solo eso, con el tiempo se van difuminando, pero para ello hay que cuidarlas, siguiendo las pautas del cirujano con el que se opere», concluye la doctora Nélida Grande Mieza.

hola.com

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