Desde que las selfies forman parte de nuestra vida habitual y las redes sociales casi no perdonan defectos estéticos, las consultas de pacientes para realizarse modificaciones de la nariz no han parado de aumentar, ubicándose como una de las cirugías estéticas más solicitadas.

Sucede que para muchas personas la forma y el tamaño de la nariz es una fuente de complejos estéticos y, como consecuencia, se produce una disminución de la autoestima.

Los pacientes nos manifiestan su disconformidad con la función y/o con la apariencia de su nariz. Nosotros los asesoramos con respecto a cuáles pueden ser las modificaciones más adecuadas para cada caso y qué técnicas podríamos utilizar según la alteración encontrada.

Hoy, los pacientes ya vienen al consultorio con imágenes suyas modificadas a través de apps, para explicar de forma más concreta lo que quieren mejorar y cuál es el resultado que desean obtener. Otros, nos traen fotografías de narices de famosos como referencias de qué buscan conseguir.

En este sentido, lo recomendable es dejarse asesorar por un cirujano experto en rinoplastia y que sea él mismo el que realice este análisis y aconseje sobre qué sería lo mejor para ese rostro, según la experiencia y su criterio estético. La cirugía nasal de rinoplastia tiene un doble objetivo indivisible: estético y funcional. Se trata de la cirugía que llevamos a cabo con el objetivo principal de mejorar la forma o el tamaño de la nariz para dejarla armónica con el rostro.

Esta es una cirugía desafiante desde el punto de vista técnico debido a que ningún caso es igual a otro y cada paciente tiene una combinación única de alteraciones y de proporciones distintas de la cara. Estas particularidades convierten a este procedimiento en un reto apasionante.

En la actualidad, las técnicas quirúrgicas son mucho menos invasivas que las utilizadas hace 15 años cuando empezamos a realizar estas intervenciones. Las incisiones son mínimas, ya que realizamos un único corte visible, milimétrico en la zona de la columela (la parte de la nariz que se encuentra entre los dos orificios nasales) que luego de unos meses es prácticamente imperceptible.

Por otro lado, el postoperatorio es bastante sencillo, no es doloroso y ya no utilizamos tapones nasales. En líneas generales, los candidatos a realizarse este tipo de intervenciones deben ser mayores de 15 años y sentir una disconformidad con la apariencia o la funcionalidad de su nariz.

Los mejores postulantes son aquellos a quienes siempre les molestó la forma de su nariz, desde la adolescencia; también aquellos pacientes que tienen el tabique desviado y problemas para respirar; o personas que sufrieron un traumatismo nasal y desean una nariz que mejore y devuelva la armonía facial.

Claves para elegir al cirujano para tu rinoplastia

Para buscar al cirujano que realice tu rinoplastia, en primer lugar, comprueba su currículum. Un experto tiene una extensa formación en las técnicas quirúrgicas.

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