La cirugía del mentón es una intervención que permite modificar el tamaño y la forma del mentón con el objetivo de buscar una adecuada proporción de los rasgos faciales en su conjunto. Supone una mejora estética para el rostro del paciente y puede realizarse junto con una rinoplastia y cirugía de la papada.

Existen dos tipos de intervenciones, según sea para aumentar o para disminuir las dimensiones del mentón.

Aumento del mentón

También conocida con el nombre de mentoplastia, permite aumentar sus dimensiones. A fin de determinar el procedimiento requerido para la intervención, se realiza un estudio previo de la estructura facial del paciente, teniendo en cuenta la nariz, los labios y el propio mentón para que exista una armonía y proporción entre ellos.

La intervención se puede realizar mediante diferentes técnicas.

Con prótesis: constituidas por diferentes materiales (principalmente silicona sólida), se colocan tras realizar una incisión dentro de la boca (entre la encía y el labio inferior) o en la piel debajo del mentón. Su tamaño variará según el grado de corrección que requiera el paciente.
Osteotomías: mediante secciones o cortes en el hueso que permiten adelantar una porción de hueso de la mandíbula. Estas secciones pueden ser verticales u horizontales, también según el grado de corrección que se requiera en cada caso.
Infiltración de tejido graso del paciente, sirviéndose de la técnica conocida como lipoestructura.

Disminución del mentón

Indicada para los pacientes que presentan hipermentonismo o, lo que es lo mismo, un mentón excesivamente prominente. Para reducir sus dimensiones, las técnicas quirúrgicas utilizadas pueden ser un lijado o una osteotomía a través de una incisión situada dentro de la boca. Las osteotomías permiten avanzar, acortar y estrechar la mandíbula.

Este tipo de operaciones estéticas requieren de anestesia general o local más sedación. Los tiempos de ingreso pueden ser de horas o días según el procedimiento requerido; por ejemplo, si se recurre a una osteotomía, es habitual que el paciente permanezca ingresado un día.

Los días posteriores a la operación se recomienda la ingesta de alimentos basados en dieta blanda. La barbilla puede presentar cierta inflamación o incluso sensación de adormecimiento durante unas dos o tres semanas.

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