Un reciente estudio publicado por Savalnet destaca que el vapeo aumenta hasta en un 84 % la probabilidad de desarrollar EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica), especialmente en exfumadores que adoptan el uso de e-cigarrillos.

Evidencia actual

  • Un análisis de Johns Hopkins, con datos de más de 250,000 personas durante cuatro años, mostró que el uso exclusivo de cigarrillos electrónicos está asociado no solo con riesgo de EPOC, sino también con hipertensión arterial.

  • Una revisión sistemática reciente estableció que incluso el uso diario moderado de estos dispositivos incrementa el riesgo de síntomas respiratorios y EPOC, siguiendo un patrón dosis‑respuesta.

  • Otros estudios muestran que quienes usan e-cigarrillos sin haber fumado antes tienen hasta 9 veces más riesgo de EPOC en comparación con quienes nunca vapean ni fumaron.

¿Por qué ocurre? Mecanismos biológicos

  • Los aerosoles de vapeo contienen sustancias como acroleína, formaldehído y metales pesados que provocan inflamación, estrés oxidativo y daño celular en los pulmones, muy similares a los efectos del humo convencional.

  • Estudios en animales demostraron que la exposición a estos líquidos genera cambios estructurales y funcionales en el tejido pulmonar, acelerando el desarrollo de EPOC.

Comparado con fumar

Aunque el vapeo se promociona como una alternativa “menos dañina” al cigarrillo tradicional, estudios confirman que el riesgo de desarrollar enfermedades respiratorias sigue siendo alto. Por ejemplo, los usuarios duales (vapeo + cigarrillo) tienen un riesgo superior al uso exclusivo de cualquiera de los dos productos.

Recomendaciones para quienes consideran vapear

  • No se recomienda para personas con enfermedades pulmonares preexistentes, como EPOC o asma.

  • En pacientes que desean dejar de fumar, es preferible usar tratamientos aprobados como parches, chicles o terapias respaldadas médicamente, en lugar del vapeo.

  • Si ya se usa cigarrillo electrónico, evitar el consumo dual con tabaco convencional.


Los cigarrillos electrónicos no son una alternativa segura. La evidencia reciente muestra que aumentan significativamente el riesgo de EPOC y otras afecciones respiratorias, incluso en personas que nunca fumaron.

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