Una de las dudas que les surgen a aquellas personas que quieren operarse el pecho es cómo elegir un tamaño adecuado para ellas, para sus gustos y para su cuerpo y sus medidas. Preguntar sobre si pesarán muchos las prótesis, si quedarán naturales o si se notará muy artificial es algo muy común entre las pacientes que afrontan este tipo de cirugía estética.

Por ello, los especialistas apuntan que el tamaño para cada caso concreto es algo muy subjetivo. “Vemos pacientes que aseguran que buscan algo muy natural, que no se note, y en cambio enseñan una foto de alguien operada que les gusta y resulta ser un tamaño muy superior a la media, en algunos casos, incluso desorbitado. Otras, también con la misma idea que las anteriores, cuando vamos a hacer la prueba de las prótesis nos sorprenden eligiendo perfiles altos y tamaños grandes… Al mismo tiempo, a la inversa, existen también pacientes que nos dicen que ya que se operan quieren que “se les note”, y luego escogen prótesis que no son grandes en absoluto”, indican.

Así, remarcan, la clave está en la buena comunicación médico-paciente. “El cirujano tiene que saber qué quieres y qué buscas, y nunca puede estar predispuesto por la apariencia o el gusto de la paciente, debe ir más allá y probar varias opciones y tamaños, para ver con cual se siente cómoda y cuál le gusta más”, amplían.

Teniendo presente esta coyuntura, resulta de vital importancia seguir unos pasos bien marcados para elegir las prótesis. En este sentido, los expertos mantienen una secuencia bien establecida para que los resultados sean los buscados.

LAS MEDICIONES. La exploración física comienza tomando medidas antropométricas de la paciente: estatura y peso, contorno o perímetro torácico, anchura de la base de implantación del pecho y altura dentro del tórax. Estas medidas les dan una horquilla de tamaños dentro de la cual está el “ideal” de pecho que la paciente debería tener (la cual obviamente, puede coincidir o no con los deseos de esta). Aunque en última instancia, a la hora de intervenirse, las pretensiones de la paciente son el factor principal para elegir las dimensiones, “todas agradecen tener un rango de tamaños mínimo y máximo entre los cuales se supone que debería estar su pecho”, comentan.

LA PRUEBA. Basándose en las medidas anteriores, usan unos medidores (prótesis reales o hechas especialmente para la simulación) con un sujetador especial para que la persona en cuestión pueda mirarse al espejo y comprobar cómo le sienta cada tamaño, hasta lograr el adecuado.

“Esta técnica resulta muy sencilla y rápida, con la ventaja de que se puede ver en la realidad, delante de un espejo, con un top especial, que simula la piel, y con su propia ropa. Animamos a las pacientes a que se traigan incluso un par de blusas, jerséis o vestidos, para que se los puedan probar en directo con las prótesis de prueba”, destacan.

Por eso, recalcan, aparte de una buena comunicación, resulta imprescindible una simulación en el propio cuerpo. En cuestión de tamaño, la representación con probadores es obligatoria, ya que se puede observar cómo se sienta con cada prótesis y elegir la talla con libertad, dentro del rango recomendado por los especialistas.

LO PRIMERO A ELEGIR: EL PERFIL. A perfil más alto, más sensación de pecho grande, ya que sale más hacia fuera y es más vistoso. Hay que tener en cuenta que la proyección del implante se suma a la que ya tenga una antes de operarse. Una prótesis de proyección media de 350 gramos será más ancha, más alta y menos proyectada que otra de proyección alta, de 350 gramos también. Entre las dos, la segunda de ellas parecerá siempre más grande, ya que sobresaldrá más hacia fuera (mayor proyección).

ENTRE DOS TAMAÑOS, SIN DUDA, ELIGE EL MÁS GRANDE. Apuntan los profesionales que, tras la experiencia de haber operado a miles de chicas, a la hora de elegir entre dos tamaños que gustan, si una no se encuentra segura, se apueste por el más grande de los dos. “¿Por qué? Porque con el tiempo el pecho siempre baja algo y la vista o el cerebro se acostumbra”, confiesan.

“Moviéndonos en volúmenes normales y habiendo realizado la simulación, es extremadamente raro que una paciente esté insatisfecha por pecho demasiado grande. En cambio, en el caso contrario, pacientes que estaban dudando entre dos tamaños, que eligieron el pequeño y que al tiempo si se arrepienten, suele verse con mucha frecuencia”, concluyen.

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