“El cáncer de mama continúa tomando vidas de mujeres en todo el mundo. En nuestro país lamentablemente no se tienen estadísticas precisas, se conoce que es el segundo cáncer más frecuente después del cáncer cervicouterino”, afirma el cirujano plástico Carlos Hugo Dorado.

Destaca que la reconstrucción mamaria es una alternativa para devolver la sensación de feminidad y plenitud. La cirujana plástica Lizeth Pérez coincide con ello y acota que esta cirugía permite calmar el dolor de haber sufrido cáncer de mama y así no sentir toda la vida la sensación de mutilación. “La reconstrucción mamaria no es vanidad, es parte fundamental del tratamiento de la paciente con cáncer de mama”, añade.

Para hablar históricamente de reconstrucción mamaria, Dorado señala que debemos trasladarnos hasta 1895, cuando se describió por primera vez la transferencia de grasa en la mama con el fin de mejorar su apariencia.

“Actualmente, el desarrollo de la tecnología y avance en la manufactura de materiales e implantes hacen que la opción de la reconstrucción esté más al alcance de la población”, asegura el especialista.

De igual manera, indica que la tendencia actual de ser menos agresivos en el tratamiento quirúrgico oncológico, hace que las reconstrucciones duren menos tiempo. “No podemos olvidar que se debe individualizar cada caso y lo ideal es hacer la pesquisa del cáncer en estadios iniciales para que el abanico de opciones de reconstrucción sean más amplias”, aclara.

LAS PRIMERAS DUDAS EN CONSULTA

Dorado cuenta que la principal pregunta que le hacen sus pacientes es: cuándo puede reconstruirse la mama. “Esta decisión es tomada en conjunto con el equipo de especialistas oncólogos clínicos y quirúrgicos”, remarca y agrega que existen dos alternativas:

1. La reconstrucción inmediata. Explica que es aquella que se realiza en el mismo tiempo en el que el equipo de cirugía oncológica retira el tumor.

2. La reconstrucción diferida o tardía. Manifiesta que se da en pacientes que, según el tipo de tumoración o por las condiciones de la cirugía, obligan a que el proceso de reconstrucción sea diferido hasta que su médico oncólogo lo autorice.

El cirujano plástico apunta que existen varias técnicas y opciones quirúrgicas que serán elegidas de acuerdo a cada caso. Señala que se deben tomar en cuenta los siguientes factores: edad del paciente, constitución, actividades que realiza, los hábitos (en pacientes fumadoras hay que ser muy cauteloso a la hora de escoger la mejor alternativa), el estadio y tipo del cáncer. Sobre este último aclara que determinará si la mujer requerirá tratamiento con radioterapia y/o quimioterapia. “Este es el punto principal para la toma de decisiones”, subraya.

Asevera que hoy en día, en el medio, se ha logrado articular un “excelente equipo de profesionales” para el manejo de esta patología y poder ofrecer una opción de reconstrucción. “La decisión final será tripartita, es decir, entre la paciente, oncología y cirugía plástica”, adiciona.

Desde su experiencia profesional, Dorado enfatiza que las pacientes deben querer reconstruirse y al mismo tiempo comprender las ventajas y desventajas de uno u otro procedimiento. “De igual forma, entender que esto se trata de un proceso que probablemente requiera más de una cirugía y poder manejar las emociones que significa estar sometida a varios meses de trabajo conjunto”, comenta.

OPCIONES Y PROCEDIMIENTOS

Pérez destaca que en la actualidad hay avances importantes en el manejo integral del cáncer de mamá. Detalla que las cirugías oncológicas ya no son tan mutilantes como antes, los métodos diagnósticos por imagen han dando grandes pasos, la quimioterapia cada vez es más efectiva y con menos efectos adversos y los equipos de radioterapia han evolucionado bastante con el resto de la tecnología.

“La cirugía reconstructiva ha dado pasos agigantados en el campo de la reconstrucción mamaria tanto en cirugía conservadora como en mastectomía total”, asegura. La especialistas boliviana que radica en México contextualiza que ahora en reconstrucción se cuenta con técnicas oncoplásticas, en las cuales el oncólogo retira el tumor y el cirujano plástico puede reconstruir la mama con el tejido residual, además de simetrizar la mama contralateral. “Sale la paciente de quirófano sin mutilación y con las dos mamas en su adecuado lugar e iguales”, afirma.

Indica además que, en cirugías donde es necesaria la remoción completa de la glándula mamaria, existen grandes avances. Se puede realizar la reconstrucción inmediata con tejidos propios de la paciente o los implantes que cada vez son más seguros, menos molestos y con menor riesgo de complicaciones. Menciona también el uso de grasa que se extrae a través de la liposucción y se pasa a la mama con grandes beneficios no sólo de volumen, sino también como terapia celular para mejorar todos los daños de la radioterapia. Nombra además productos biológicos como membranas dérmicas a celulares o dermis autóloga, que también ayudan a mejorar la cubierta de los implantes. “La microcirugía es una arma extraordinaria en la reconstrucción de cualquier área”, agrega.

A continuación, Dorado explica de forma esquematizada y más detallada las opciones más modernas que se pueden realizar en Bolivia para la cirugía reconstructiva:

1. Transferencia de grasa autóloga (injerto graso del propio paciente)

El cirujano plástico manifiesta que esta técnica está indicada en pacientes en las que está contemplado realizar una cirugía conservadora o que requiere el retiro de una parte de la mama (cuadrantectomía).

“Se realiza la extracción de grasa de una zona donadora del cuerpo, pudiendo ser la cara interna de los muslos o el abdomen inferior, la grasa se procesa y se inyecta en la zona que lo requiere”, dice. Señala como desventaja que se necesita realizar varias sesiones para alcanzar el resultado deseado.

2. Reconstrucción con expansores

Dorado afirma que es el método más seguro y utilizado a nivel mundial. Consiste en la introducción de un dispositivo similar a un globo inflable, éste va detrás del músculo pectoral y cuenta con una válvula que le permitirá aumentar el volumen con solución salina hasta obtener el volumen deseado. Una vez logrado el objetivo, cuatro a seis meses después, se retira este dispositivo y se introduce un implante que, en la mayoría de los casos, es de gel de silicona.

“Tiene la ventaja que permite modificar el volumen, si la paciente será expuesta a radioterapia. La desventaja es que necesita varios procedimientos”, subraya el experto.

3. Reconstrucción con implantes de mama

“Esta cirugía es similar a la que se realiza en pacientes que tienen la intención de mejorar la apariencia del busto con fines cosméticos. Con la diferencia que será acompañada de una mastectomía (retiro de la glándula), indicada en pacientes con busto pequeño que no necesitarán radioterapia por el tipo de tumoración que tienen”, expone Dorado.

Remarca como ventaja que es una cirugía que se hace al mismo tiempo que la cirugía oncológica. “No se tendrá esa sensación de mutilación. Sin embargo, se debe ser muy preciso a la hora de escoger el tipo de implante», afirma.

De igual manera, apunta que existen implantes/expansores. Manifiesta que es una combinación de un implante con una cámara que puede ser llenada con solución fisiológica. “La principal ventaja es que disminuye el número de cirugías. La desventaja principal es el costo”, añade.

4. Reconstrucción con colgajos pediculados

El especialista expone que en personas con estadios avanzados, quienes necesitarán cirugías más agresivas y extensas, se opta por los colgajos (tejido propio de la paciente), más aún cuando su piel está comprometida. “Ésta consiste en movilizar piel y músculo de la espalda. Con la ayuda de un expansor se logra obtener una mama con volumen adecuado. El colgajo más utilizado es el dorsal ancho (un músculo de la espalda que es movilizado hacia el pecho)”, detalla.

5. Reconstrucción microquirúrgica de la mama

Dorado señala que esta técnica consiste en la movilización de tejido de un sitio distal, por ejemplo, un músculo del abdomen hacia el tórax. Se realiza la unión a arterias y venas con la ayuda de un microscopio. “Lamentablemente, en nuestro medio, esta cirugía es muy limitada por los altos costos y la falta de entrenamiento en microcirugía”, comenta.

Sintetiza que la mayoría de las mujeres son candidatas a reconstruir su busto. “Se debe comprender que existen los riesgos propios de toda cirugía como hematomas (colecciones de sangre) y problemas relacionados al acto anestésico”, advierte.

Aclara, además, que la reconstrucción no tiene efecto en la recurrencia de la enfermedad. Por ello, recomienda que la paciente debe continuar con sus controles periódicos y con los exámenes de diagnóstico en los tiempos indicados por su médico oncólogo.

Acerca del panorama internacional, Pérez contextualiza que muchos países están legislando el derecho a reconstrucción obligatoria de las mujeres mastectomizadas. “Ojalá tengamos la misma ambición en nuestro país…porque hoy pueden ser ellas, mañana nosotras. Luchemos por curar por completo una enfermedad que cada vez es más frecuente”, destaca la especialista.

“Se trata de cerrar un círculo que ha sido muy doloroso y que conlleva la mezcla de muchos sentimientos. Al momento de decidir reconstruir la mama que ha sido retirada estamos cerrando el círculo, estamos colaborando a que la mujer se siga sintiendo tal y que se siga amando de una forma un poco distinta pero completa”, concluye el especialista.

lostiempos.com

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