La pérdida de memoria puede ser un síntoma de disfunción cerebral. Es uno de los motivos más frecuentes de consulta, especialmente en personas de edad avanzada. A veces los miembros de la familia notan e informan de la pérdida de memoria. (Véase también Introducción a los síntomas de los trastornos cerebrales, medulares y nerviosos.)

La mayor preocupación para el paciente, los familiares y el médico suele ser si la pérdida de memoria es el primer síntoma de la enfermedad de Alzheimer, una forma progresiva e incurable de demencia (un tipo de trastorno del cerebro). Los pacientes con demencia han perdido la capacidad de pensar con claridad. Por lo general, si el paciente es lo suficientemente consciente de su pérdida de memoria como para estar preocupado por ello, no sufre de una demencia precoz.
Los recuerdos pueden ser almacenados en la memoria a corto plazo o a largo plazo, dependiendo de lo que se trate y de lo importante que sean para la persona.

  • La memoria a corto plazo conserva una pequeña cantidad de información que el sujeto necesita temporalmente, como por ejemplo una lista de cosas para comprar en el supermercado.
  • La memoria a largo plazo, como su nombre indica, almacena los recuerdos (como el nombre de la escuela secundaria del sujeto) por largo tiempo.

La memoria a corto plazo y la memoria a largo plazo se almacenan en diferentes partes del cerebro. La memoria a largo plazo se almacena en muchas áreas del cerebro. Una parte del cerebro (el hipocampo) ayuda a clasificar la información nueva y a asociarla con información similar que ya está guardada en el cerebro. Este proceso convierte los recuerdos a corto plazo en memoria a largo plazo. Cuanto más frecuentemente se utilice o se recupere un recuerdo a corto plazo, más probable es que se trasforme en un recuerdo a largo plazo.

Causas

Causas frecuentes

Las causas más frecuentes de pérdida de memoria son

  • Los cambios de la memoria relacionados con la edad (el más común)
  • Deterioro cognitivo leve
  • Demencia
  • Depresión

Las alteraciones de la memoria relacionadas con la edad (denominado deterioro de la memoria asociado a la edad) hacen referencia al ligero descenso fisiológico en la funcionalidad cerebral que se produce con la edad. La mayoría de las personas de edad avanzada tienen algunos problemas de memoria. Recuperar recuerdos de cosas nuevas, como por ejemplo el nombre de un nuevo vecino o cómo utilizar un nuevo programa informático, lleva más tiempo. Las personas de edad avanzada también tienen que ensayar los nuevos recuerdos con más frecuencia para que estos se almacenen. Las personas con este tipo de pérdida de memoria a veces se olvidan de las cosas, como dónde dejaron las llaves del coche. Pero en ellos, a diferencia de las personas con demencia, la capacidad para realizar las actividades diarias o de pensar no está afectada. Con tiempo suficiente, suelen recordar, aunque a veces lleva más tiempo de lo conveniente. Este tipo de pérdida de memoria no es un signo precoz de demencia o de la enfermedad de Alzheimer.

El deterioro cognitivo leve es un término impreciso utilizado para describir alteraciones en la función mental que son más graves que los cambios fisiológicos relacionados con la edad, pero menos graves que los causados por la demencia. La pérdida de memoria suele ser el síntoma más evidente. Los sujetos con un deterioro cognitivo leve tienen problemas para recordar conversaciones recientes y pueden olvidar citas importantes o eventos sociales, pero suelen recordar eventos pasados. La atención y la capacidad para realizar actividades habituales no se ven afectadas. Sin embargo, aproximadamente la mitad de las personas con deterioro cognitivo leve desarrollan demencia en menos de 3 años.

La demencia es una forma mucho más grave de disminución de la funcionalidad mental. La pérdida de memoria, en particular para la información recientemente adquirida, es a menudo el primer síntoma, y empeora con el tiempo. Las personas afectadas por demencia pueden olvidar acontecimientos completos, no solo los detalles. Les puede ocurrir lo siguiente:

  • Tener dificultad para recordar cómo hacer cosas que han hecho muchas veces antes y cómo llegar a lugares en los que han estado a menudo.
  • Ya no poder hacer cosas que requieren muchos pasos, como seguir una receta de cocina.
  • Olvidarse de pagar facturas o acudir a las citas.
  • Olvidarse de apagar la estufa, cerrar la puerta de la casa cuando salen o cuidar de un niño que se ha dejado a su cargo.

A diferencia de las personas con alteraciones de la memoria debidas a la edad, las personas con demencia no son conscientes de su pérdida de memoria y frecuentemente niegan su existencia.

Encontrar la palabra adecuada, nombrar objetos, comprender el lenguaje, y hacer, planificar y organizar las actividades diarias se vuelve más y más difícil. Las personas afectadas por demencia con el tiempo se desorientan, no saben qué hora o incluso qué año es o dónde están. Se producen cambios en la personalidad. Pueden llegar a ser más irritables, ansiosos, paranoicos, inflexibles, o problemáticos.

Hay muchas formas de demencia. La enfermedad de Alzheimer es la más frecuente. La mayoría de las formas de demencia empeoran progresivamente hasta que la persona fallece.

Algunos factores que aumentan el riesgo de trastornos del corazón y de los vasos sanguíneos (como la hipertensión arterial, los niveles altos de colesterol y la diabetes) parecen aumentar el riesgo de demencia.

La depresión puede causar un tipo de pérdida de memoria (denominada pseudodemencia) que se asemeja a la que ocurre en la demencia. Además, la demencia por lo general causa depresión. Por lo tanto, determinar si la demencia o la depresión son la causa de la pérdida de memoria puede ser difícil. Sin embargo, las personas con pérdida de memoria debida a la depresión, a diferencia de aquellos casos con demencia, son conscientes de su pérdida de memoria y se quejan de ello. Además, rara vez se olvidan de acontecimientos actuales importantes o asuntos personales y suelen presentar otros síntomas, como una intensa tristeza, problemas para dormir (demasiado o demasiado poco), lentitud o pérdida del apetito.

El estrés puede interferir con la formación de la memoria y a la hora de recuperar un recuerdo, en parte porque las preocupaciones impiden al sujeto prestar atención a otras cosas. Sin embargo, en determinadas circunstancias, en particular cuando el estrés es entre leve y moderado y no dura mucho tiempo, puede mejorar la memoria.

Causas menos frecuentes

Muchos trastornos pueden causar un deterioro de la función mental que se asemeja a la demencia.

Algunos de estos trastornos se pueden revertir con tratamiento. Se incluyen los siguientes:

  • Hidrocefalia normotensiva (debida a un exceso de líquido alrededor del cerebro)
  • Hematomas subdurales (acumulaciones de sangre bajo la capa externa de la membrana que recubre el encéfalo)
  • Hipotiroidismo (glándula tiroidea poco activa)
  • Déficit de vitamina B12

Otros trastornos son solo parcialmente reversibles. Entre ellos se incluyen los que interfieren con el suministro de sangre y nutrientes al encéfalo, como una parada cardíaca, ciertos tipos de accidente cerebrovascular, convulsiones inusualmente largas, traumatismos craneoencefálicos, infecciones cerebrales, infección por VIH, tumores cerebrales y el abuso de ciertas sustancias (incluido el alcohol). En pacientes con estos trastornos, el tratamiento a veces puede mejorar la memoria y la función mental. Si el daño es más extenso, el tratamiento puede que no mejore la función mental, pero a menudo puede evitar un mayor deterioro.

En el Deliriodelirio la memoria está afectada, pero la pérdida de memoria no es el síntoma más notable. Por el contrario, las personas con delirio están muy confusas, desorientadas e incoherentes. La abstinencia absoluta de alcohol (delirium tremens), una infección sanguínea grave (sepsis), la falta de oxígeno (por ejemplo como consecuencia de una neumonía) y muchos otros trastornos pueden causar delirio, como se puede ver en adictos a drogas.

Valoración

El médico se centra en determinar si la causa de la pérdida de memoria está relacionada con los cambios fisiológicos en el encéfalo relacionados con la edad, o se trata de un deterioro cognitivo leve, una depresión o una demencia precoz.

Signos de alarma

En las personas con pérdida de memoria, ciertos síntomas son motivo de preocupación:

  • Dificultad para realizar las actividades cotidianas
  • Dificultad para prestar atención y fluctuaciones en el nivel de consciencia, síntomas que sugieren confusión mental
  • Depresión

Cuándo acudir al médico

Las personas con signos de alarma deben consultar con un médico. Se debe acudir al médico de inmediato si

  • No pueden prestar atención y parecen muy confusos, descentrados y los síntomas sugieren confusión mental
  • Se sienten deprimidos y tienen ideas autolesivas (está pensando en hacerse daño)
  • Tienen otros síntomas que sugieren un problema del sistema nervioso como dolores de cabeza, dificultad para usar o entender el lenguaje, lentitud, problemas de visión o mareos
  • Aquellos que tienen dificultad para realizar las actividades diarias deben ver a un médico en el plazo aproximado de una semana.

Las personas que no presentan signos de alarma, pero están preocupadas por su memoria deben llamar a su médico. El médico determina la rapidez con la que las personas afectadas necesitan ser valoradas en función de los síntomas y la intensidad de estos.

Actuación del médico

El médico pregunta sobre los síntomas y sobre el historial clínico del paciente. A continuación, realiza una exploración física. Es útil que esté presente un miembro de la familia porque los pacientes con trastornos de la memoria pueden no ser capaces de describir sus síntomas con precisión. Los antecedentes clínicos y la exploración física a menudo sugieren una causa y las pruebas complementarias que pueden ser las necesarias (ver Algunas causas y características de la pérdida de memoria).

El médico con frecuencia se entrevista con el paciente y con los familiares por separado, ya que éstos pueden sentirse coartados para describir los síntomas con franqueza si el paciente está presente.

El médico plantea preguntas específicas acerca de la pérdida de memoria:

  • ¿Qué tipo de cosas son las que olvida el paciente? (por ejemplo, si se olvida de las palabras o los nombres o se pierde)
  • ¿Cuándo empezaron los problemas de memoria?
    Si la pérdida de memoria está empeorando
  • ¿Cómo afecta la pérdida de memoria a la capacidad del paciente para realizar sus actividades en el trabajo y en casa?

El médico también pregunta si se tiene otros síntomas, como la dificultad para usar o comprender el lenguaje y los cambios en los hábitos alimentarios o de sueño o estado de ánimo. Para comprobar las posibles causas el médico pregunta acerca de todas las enfermedades que ha sufrido la persona y todos los fármacos que está tomando en la actualidad (incluyendo drogas recreativas o ilegales, medicamentos de venta sin receta y complementos nutricionales). La información acerca de la educación del paciente, puestos de trabajo y sus actividades sociales pueden ayudar al médico a evaluar mejor su función mental previa y calibrar la gravedad del problema. El médico pregunta también si algún miembro de la familia ha sufrido demencia o deterioro cognitivo leve precoz.

Durante la exploración se evalúan todos los sistemas corporales, pero se centra en el sistema nervioso (evaluación neurológica), incluida la evaluación de la funcionalidad mental (examen del estado mental).

En las pruebas para determinar el estado mental, el médico pide a la persona afectada que responda a determinadas preguntas o que realice tareas específicas para evaluar diversos aspectos de la funcionalidad mental, como

  • La orientación en relación con el tiempo y el espacio: decir la fecha y ubicación actual del paciente y su nombre.
  • Atención: repetir una lista breve de palabras.
  • Concentración: deletrear la palabra «mundo» al revés o repetir su número de teléfono hacia adelante y luego hacia atrás.
  • Memoria a corto plazo: recordar una lista breve de palabras después de unos minutos.
  • Memoria a largo plazo: describir episodios del pasado remoto.
  • Uso del lenguaje: nombrar objetos comunes y partes del cuerpo, y leer, escribir y repetir ciertas frases.

Esta prueba también evalúa el pensamiento abstracto, la comprensión, la capacidad de seguir instrucciones y resolver problemas de matemáticas, la conciencia de la enfermedad y el estado de ánimo.

Pruebas complementarias

Generalmente, el médico puede determinar si la causa son los cambios relacionados con la edad, un deterioro cognitivo leve o una demencia precoz en función del tipo de pérdida de memoria y los síntomas que la acompañan.

Sin embargo, cuando el diagnóstico no está claro, las pruebas neuropsicológicas pueden proporcionar más información. Estas pruebas son similares a las pruebas de estado mental, excepto que son mucho más detalladas. Una prueba completa puede durar horas. Deben ser realizadas por un psicólogo clínico o un psiquiatra entrenado o con experiencia en la pérdida de memoria. Estas pruebas pueden no ser tan útiles en mayores de 65 años.

Si el médico sospecha que podría tratarse de una demencia o encuentra cualquier alteración durante el examen neurológico, se suele realizar una resonancia magnética nuclear (RMN) o una tomografía computarizada (CT) para comprobar si hay lesiones, como un tumor cerebral, hidrocefalia normotensiva, una lesión secundaria a un traumatismo craneoencefálico o un accidente cerebrovascular.

Los médicos también pueden realizar análisis de sangre para medir las concentraciones de vitamina B12 y de hormonas tiroideas con el fin de determinar si la causa de la pérdida de memoria fuera un déficit de vitamina B12 o un trastorno de la glándula tiroidea.

Si se sospecha que existe una infección cerebral, se suele hacer una punción lumbar para obtener muestras del líquido que rodea el encéfalo (líquido cefalorraquídeo) para su análisis.

Tratamiento

El tratamiento de cualquier trastorno que contribuya a la pérdida de memoria puede ayudar a restaurarla. Por ejemplo, el déficit de vitamina B12 se trata con suplementos de B12 y la insuficiencia de la glándula tiroidea se trata con suplementos de hormona tiroidea. Para la depresión, el tratamiento suele ser farmacológico, psicoterapia o ambos. Son de elección los antidepresivos que no agravan la pérdida de memoria, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS). En la hidrocefalia normotensiva se puede implantar quirúrgicamente una derivación para drenar el exceso de líquido existente alrededor del encéfalo. Si un paciente está en tratamiento con fármacos que afectan a la función cerebral, el médico puede interrumpir el tratamiento, reducir la dosis del fármaco o intentar sustituirlo.

Si la única causa de la pérdida de memoria son los cambios relacionados con la edad, el médico informa al paciente de su lesión y le explica que el problema no es grave, que estos cambios no implican que la función mental se reducirá de forma importante, y que hay formas de compensar las pérdidas y, posiblemente, de mejorar la función mental (ver Pérdida de memoria : Aspectos esenciales para las personas mayores).

Medidas generales

A las personas que están preocupadas por una pérdida de memoria a menudo se les recomiendan algunas medidas generales:

  • Realizar actividad física con regularidad
  • Seguir una dieta saludable rica en frutas y verduras
  • Dormir lo suficiente
  • No fumar
  • Consumir alcohol sólo con moderación
  • Participar en actividades sociales e intelectualmente estimulantes
  • Realizar controles médicos con regularidad
  • Evitar altos niveles de estrés
  • Evitar actividades que puedan ocasionar traumatismos en la cabeza

Estas medidas, junto con el control de la presión arterial, de los niveles de colesterol y de los niveles de azúcar en sangre, también tienden a reducir el riesgo de trastornos cardíacos y de los vasos sanguíneos. Algunas evidencias sugieren que estas medidas pueden reducir el riesgo de demencia, pero este efecto no se ha demostrado.

Algunos expertos recomiendan aprender cosas nuevas (como un nuevo idioma o un nuevo instrumento musical), hacer ejercicios mentales (por ejemplo, memorizar listas, hacer crucigramas o jugar al ajedrez, tute u otros juegos de estrategia), la lectura, trabajar con la computadora o hacer manualidades (como hacer punto o ganchillo). Estas actividades pueden ayudar a mantener o mejorar la función mental, posiblemente porque refuerzan las conexiones entre los nervios. Tener conexiones nerviosas más fuertes ayuda a retrasar el deterioro de la función mental debido a los cambios cerebrales inducidos por la edad, y ayuda a compensar este deterioro.

Tratamiento farmacológico

El deterioro cognitivo leve se puede tratar con donepezilo, un fármaco utilizado en la enfermedad de Alzheimer. Este fármaco puede mejorar temporalmente la memoria, pero el beneficio parece ser leve. Ningún otro fármaco ha demostrado ser eficaz.

La demencia se puede tratar con donepezilo o con otros inhibidores de la colinesterasa, tales como galantamina y rivastigmina. Estos fármacos pueden mejorar temporalmente y ligeramente la función mental, incluyendo la memoria, en algunos pacientes. Otro fármaco diferente, la memantina, puede ser útil, pudiéndose combinar con un inhibidor de la colinesterasa.

Medidas de seguridad y de apoyo

Ningún tratamiento puede restaurar la funcionalidad mental o detener por completo la progresión de la demencia. Por lo tanto, el tratamiento de la demencia se centra en mantener a la persona afectada segura y en prestar apoyo a medida que se produce el deterioro.

Si la pérdida de memoria es relativamente grave o los familiares están preocupados por la seguridad del paciente, su domicilio puede ser revisado por el terapeuta ocupacional o por el fisioterapeuta, que pueden recomendar maneras de prevenir caídas y otros accidentes y pueden sugerir medidas de protección, como ocultar cuchillos, desenchufar la estufa y retirar las llaves del coche.

Un ambiente de apoyo presenta las características siguientes:

  • La orientación se refuerza con frecuencia (por ejemplo, con calendarios y relojes de gran tamaño).
  • El ambiente es luminoso y alegre.
  • Se sigue una rutina.
  • Se dispone de algún tipo de estimulación (por ejemplo, un televisor o una radio) y se pueden realizar actividades agradables.

Con el tiempo, la persona afectada puede necesitar ayuda domiciliaria o tener que trasladarse a un centro asistido o a un centro de cuidados especializado.

Aspectos esenciales para las personas mayores

Cuando las personas envejecen, la mayoría comienzan a tener algunos problemas de memoria. Por lo general, la pérdida de memoria está producida por los cambios fisiológicos que se producen en el cerebro debido a la edad, y no conduce a demencia. Comprender estos cambios puede reducir la ansiedad y ayudar a las personas de edad avanzada a adaptarse a ellos y a compensarlos.

Sin embargo, alrededor del 14 al 18% de las personas de edad avanzada de 70 años tienen un deterioro cognitivo leve. La demencia se produce en

Aproximadamente el 1% de las personas entre 60 y 64 años de edad
Del 30 al 50% de las personas mayores de 85 años
Del 60 al 80% de las personas mayores que viven en residencias de ancianos
Haciendo frente a la enfermedad
Las estrategias que pueden ayudar a afrontar un deterioro de la memoria incluyen

  • Hacer listas
  • Mantener un calendario detallado
  • Establecer rutinas
  • Hacer asociaciones o relacionar la nueva información con información ya conocida, como asociar el nombre de un nuevo conocido con el nombre de una estrella de cine
  • Repetición de la información, como repetir el nombre de un nuevo conocido en varias ocasiones
  • Prestar atención (concentrarse) a las cosas de una en una
  • Mejorar las habilidades de organización, como mantener los objetos de uso frecuente, como las llaves del coche, en el mismo lugar

Comprobar que la persona afectada puede oír y ver bien puede ayudar a que interactúe con otras personas y participe en actividades sociales. Estas medidas ayudan a que se mantenga la confianza en sí mismo y, con frecuencia, se mejora la función mental.

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