Con el paso del tiempo, los tejidos que componen la piel facial presentan un descolgamiento o caída. Esto ocurre, por ejemplo, en el caso de los párpados. Teniendo en cuenta la expresividad que presentan los ojos en nuestro rostro, cuando una persona presenta exceso de piel y caída de ésta en los párpados superiores o inferiores se da un aspecto de mirada cansada, e incluso les hace aparentar más edad.

Para solucionar este problema de párpados caídos, que o bien se produce por el propio paso del tiempo o por una tendencia familiar, la cirugía cuenta con la blefaroplastia. Con esta intervención quirúrgica poco agresiva se busca mejorar el aspecto de la mirada y mitigar los efectos de la edad, especialmente el cansancio y envejecimiento. En cambio, su misión no es la de eliminar las arrugas más finas que aparecen alrededor de los ojos, para estos casos existen otras intervenciones como el láser o los peelings químicos.

Aunque la mayoría de pacientes con este problema son mayores de treinta años, en el caso de existir una tendencia familiar se suele realizar incluso antes de llegar a esta edad.

Esta técnica puede realizarse de forma individualizada, en ambos párpados, sobre las bolsas de grasa, o sobre ambos a la vez. Al igual que puede llevarse a cabo al mismo tiempo que un lifting facial.

Cuando un paciente acude al especialista con el problema de párpados caídos, éste evalúa el exceso de piel, la calidad de ésta, y la existencia de cúmulos de grasa para saber si lo más adecuado es reposicionarla o eliminarla y en qué cantidad hacerlo. Otro aspecto a tener en cuenta es la actividad del músculo orbicular. Se evalúan los antecedentes médicos y posibles enfermedades como glaucoma o síndromes del ojos seco y, finalmente, se plantea un plan quirúrgico en el que se explican riesgos y expectativas del paciente.

Procedimiento quirúrgico

La intervención de blefaroplastia se realiza como un procedimiento específico aislado o como complementario en un lifting facial, bajo anestesia local o general en el caso de hacerse más intervenciones.

Al reducir adecuadamente la grasa localizada bajo la piel y el músculo orbicular, se consigue eliminar las bolsas palpebrales. Teniendo en cuenta el estado de tensión que tiene la musculatura de los párpados del paciente, el cirujano experto puede actuar sobre el músculo orbicular, que regula el cierre del párpado, con el objetivo de restaurar su tensión normal. Las incisiones de abordaje que tratan de liberar la piel sobrante de los párpados, reducen las arrugas o posibles pliegues, colocándose de tal forma que no sean visibles a simple vista una vez transcurridos los primeros meses.

Esta intervención suele durar entre una hora y media y tres horas, siempre dependiendo de la extirpación que requiere cada caso y si se realizan otros procesos en la misma operación.

Después de la cirugía se recomienda el uso de gotas estériles, colirios y pomadas antibióticas, así como reposo y frío local. Durante los primeros días puede sentirse una molestia razonable y posible cansancio al mantener la mirada en acciones como la lectura o uso de pantallas. Tras las primeras semanas, la inflamación disminuye aunque puede continuar la hipersensibilidad a factores externos como la luz o el viento, por este motivo se aconseja llevar puestas gafas de sol, ya que el viento, el frío y la luz serán molestos durante una temporada.

No obstante, tras la blefaroplastia la incapacidad será sólo de dos días, tras este tiempo el paciente podrá volver a leer o ver la televisión con moderación.

Fuente: salud.ideal.es

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